El fútbol amaneció ayer aturdido por la noticia destapada por El Mundo y confirmada horas después por el Extremadura UD: el intento de soborno por parte de representantes del Cartagena para comprar el partido de vuelta de la final por el ascenso a Segunda División. El caso está en manos de la Policía Nacional que investiga el caso y que tomaron declaración de la denuncia interpuesta por Manuel Franganillo, presidente del Extremadura, el martes 19 de junio. El máximo mandatario azulgrana, nada más tener conocimiento del intento de soborno, puso en aviso a Policía Nacional, Liga de Fútbol Profesional y Real Federación Española de Fútbol, quienes tomaron cuenta de lo sucedido.

El intento de soborno del Cartagena se produjo en varias vías. La más directa sobre el entrenador del Extremadura, Juan Sabas, al que le pidieron que su equipo se dejara ganar el partido de vuelta de la final a cambio de 300.000 euros y la posibilidad de entrenar al Cartagena en Segunda División. A Sabas también le ofrecieron otra suculenta cantidad de dinero por impartir un campus de fútbol en verano. Dicho ofrecimiento vino de Felipe Moreno, máximo accionista del Leganés y amigo del dueño del Cartagena, Paco Belmonte. Son más que conocidas las conexiones que hay a niveles institucionales y económicos entre ambos clubes.

Ese intento de soborno se produjo el martes 19 de junio en Madrid. Sabas fue citado a dicha reunión con la excusa del campus, pero se encontró otro escenario. Nada más salir de allí, telefoneó a Manuel Franganillo, presidente del Extremadura, y le contó lo sucedido. Franganillo, alarmado por lo que estaba escuchando, marchó de inmediato a Madrid y se fue directamente a las dependencias de la Policía Nacional para denunciar el caso.

El otro intento de soborno se produjo sobre un futbolista del Extremadura: Kike Márquez. Todo apunta a que fue Juan Carlos Ceballos, hombre de peso en el Cartagena, el que aprovechando que conocía a Kike Márquez de su etapa en el Cádiz de hace varias temporadas también le habría dejado caer una posibilidad de soborno. El Cartagena apuntaba así a uno de los jugadores claves del Extremadura. Pero Kike Márquez también puso en aviso lo que estaba sucediendo. En ese sentido, la lealtad de los integrantes del plantel del Extremadura ha sido altísima.

Cartagena / El Extremadura confirmó en un comunicado que se había intentado comprar el partido por parte del Cartagena. En el escrito indica que fue el jueves 21 cuando pudo hacer la declaración pendiente en la Policía Nacional. El club ha comunicado que no hará más declaraciones al respecto, aunque fuentes consultadas a este diario tienen claro que el tema no les ha gustado nada. Franganillo también está muy molesto con las informaciones que relacionan a Luis Oliver como dueño del Extremadura. De hecho, el club es aún una asociación deportiva donde su responsable es el presidente. En breve, se materializará como Sociedad Anónima Deportiva «y ahí la gente verá a los dueños de verdad». Y es que todo apunta a que Franganillo será el máximo accionista de la sociedad.

El Cartagena, por su parte, ha negado todos los hechos en otro comunicado e indica su más enérgica repulsa y repudia de los hechos denunciados. «El Cartagena deja claro que no tuvo intervención alguna en dicho asunto. El nombre e integridad de esta entidad deportiva no puede verse mancillado por una denuncia sobre presuntos hechos que deberán demostrar donde legalmente corresponda, pero que son totalmente ajenos a este club», puntualiza el comunicado.

Declaraciones / El siguiente en declarar ante la Policía Nacional será Juan Sabas, que podría hacerlo hoy mismo. Sucesivamente irán declarando todos los implicados en el intento de soborno.

La noticia ha enfriado los ánimos y la euforia del ascenso y han sido múltiples las reacciones que se han producido en redes sociales sobre un asunto que no suena a nada extraño ya en el fútbol. Cabe saber qué ocurrirá en caso de que la justicia demuestre la veracidad de los hechos o si estas personas, realmente, representan o no al Cartagena.