Tomamos café en un restaurante cercano a los cacereños campos federativos 'Manuel Sánchez Delgado', que repone de los esfuerzos cada temporada a cientos de jóvenes futbolistas, llegados desde todos los rincones de España, acompañados de sus respectivos familiares. Todos ávidos de degustar su buen hacer con nuestras viandas. Pagamos nuestra consumición.

Al salir mi compañero vació de folletos turísticos extremeños la abarrotada barra. Mutua mirada sin comentarios. Coche y rumbo capital de España. Destino: estadio Santiago Bernabéu. Controvertida sala de prensa, para ser más exacto. Motivo: jornadas de trabajo asociación española de agentes de futbolistas. Llegada, apertura jornadas y dos ponencias. Pausa y otro café.

Corrillos de compañeros, presentaciones entre los mismos y cambio de impresiones. Entre todo esto, mi compañero lo hacía con todos cuantos se cruzaba y les 'obsequiaba' con un folleto. "¡Hola! ¿Qué tal?. Soy tal-de Extremadura y te invito a que vayas". Rezaba la cantinela uno por uno y folleto sin mediar más palabra. Entre los 'endiñados', los representantes de Raúl, Fernando Torres o Sergio Ramos, por solo citar algunos.

En caliente le recriminé la acción, la cual me pareció en ese momento una 'catetada'. Quizás no por lo desacertado del momento, sino más bien por el histórico complejo de inferioridad que en esta bendita tierra se arrastra. Con el paso del tiempo, no solo he rectificado en mi recriminación sino que aquella acción, al día de hoy, no solo me parece simpática, sino que, por descontando, muy pero que muy acertada. Cualquier momento debe ser bueno para ejercer de embajador de tu tierra.

Como tan acertados me parecen Ios recién estrenados Premios de Turismo organizados por este diario, como plausible la decisión de quienes se dediquen o quieran dedicarse profesionalmente al emergente sector del turismo en general y al turismo deportivo en particular.

Solo hace falta pensar en la ocupación hotelera en La Raya durante la celebración de la Final Champions en Lisboa entre Madrid-Atlético de Madrid, hace ahora un par de primaveras. Solo hace falta pensar qué hubiera supuesto para el turismo extremeño el pretendido Mundial de futbol 2018 organizado por Portugal y España y no concedido por la controvertida FIFA.

Todo esto es una mínima parte: turismo deportivo de grandes eventos y un solo deporte. Amén si recordamos ser la región con más costa de agua dulce y sus deportes acuáticos. O qué decir de nuestra privilegiada naturaleza y los correspondientes de aventuras. Para finalizar, como agente deportivo y alcantarino, una propuesta: maratón hispano-luso 'Parque Natural Tajo Internacional' con llegada bajo el imponente arco de triunfo del Puente de Alcántara. Difícil pero no imposible. Dicho quede.