Uno de los grandes tópicos del fútbol es el afrontar cada partido como una final. Otro es el de jugar, cada domingo, el partido más importante de la temporada. Que no suene a tópico porque en esta ocasión todo se acerca a esa cruda realidad. El Extremadura tiene ante sí este domingo (12.00 horas, Francisco de la Hera) un partido trascendental para su devenir en la competición. Más que un encuentro donde los de Almendralejo se juegan tres puntos ante su más directo rival por el playoff en estos momentos y, especialmente, un estado de confianza muy debilitado durante los últimos meses. En ese mar de dudas quiere pescar el Melilla, un equipo especialista en esperar a que sus rivales entren en estado de convulsión durante los encuentros. Se esperan emociones fuertes hoy en el coliseo azulgrana.

El examen es para plantilla y entrenador. Durante la semana, varios jugadores del Extremadura han vuelto a realizar autocrítica y saben que ya no se pueden dejar más puntos en el camino. Pero el partido también evalúa al entrenador. Rafa Martín Vázquez cuenta con sólo una victoria en cinco partidos bajo la chapa. «Es evidente que hay ganas de reivindicarnos en el resultado, pero no en el juego», opina. El técnico madrileño sigue pensando que a su equipo se le han escapado los puntos por «pequeños detalles».

El Extremadura vuelve a tener sensibles ausencias. Pardo, Aitor y Airam Cabrera siguen lesionados y se pierden la cita. La buena noticia es la recuperación total de Fran Miranda, quien podría volver a la titularidad en el eje de la defensa junto a Borja, quien también regresa tras sanción. Todo apunta a que una de las grandes novedades es la vuelta de Kike Márquez a la titularidad. El Melilla ha viajado hasta Almendralejo con la sensible baja de Ricard Boateng, el único ex azulgrana entre los jugadores melillenses. El ghanés, que es el máximo goleador de los suyos con nueve goles, se ha lesionado esta semana. Los azulinos también cuentan con las bajas de Lolo Garrido y Braim.