El fútbol profesional que conoció la región extremeña está a años luz que el actual que se predispone a disfrutar el Extremadura UD. Todavía con la resaca de celebraciones y una felicidad plena por alcanzar el ascenso a Segunda División, el club está citado hoy mismo en Madrid, en la sede de la Liga de Fútbol Profesional, para una reunión donde conocerá parte de los detalles que hay que cumplir para poder jugar en la famosa Liga 123, que este año por el nivel de capitales podría parecerse a una ‘Primera B’. Según el sistema de reparto estipulado en el Real Decreto-Ley 5/2015 para la comercialización conjunta de derechos audiovisuales, se estima que el ingreso medio estimado de los clubes de Liga 123 por televisiones es de nueve millones de euros, aunque atiende a una serie de criterios donde también juega en cuenta la clasificación del último año y el papel efectuado en las últimas temporadas. Siguiendo esos criterios, y teniendo el dato de los equipos recién ascendidos de Segunda B a Segunda en las últimas campañas, el Extremadura podría ingresar sólo en concepto de televisiones cerca de los seis millones de euros. Los datos que fueron públicos hace unos meses de la temporada 2016-2017 reflejaron que el UCAM Murcia, un equipo similar al Extremadura que accedía a fútbol profesional por primera vez, ingresó 5,1 millones de euros, cantidad que puede verse aumentada este año.

Cabe recordar que el 90 por ciento de los ingresos de televisión de los repartos audiovisuales de LFP se asignan a clubes de Primera División y, el 10 por ciento restante, a clubes y entidades de Segunda. De este dinero, una proporción se distribuye a partes iguales entre clubes. En el caso de Segunda División, el reparto proporcional es del 70 por ciento.

La dimensión mediática de pertenecer a la Liga de Fútbol Profesional transforma el concepto de un club recién ascendido. Además de los ingresos por televisión, se multiplican los de publicidad, quinielas, merchandasing y otras variables que catalogan a la Liga 123 como dentro de las diez mejores ligas de Europa, pese a ser la Segunda de España. Si a todo ello se le une elenco de ciudades que la conformarán este año, la repercusión mediática se magnifica aún más. Así, Almendralejo se codeará con ciudades como La Coruña, Gijón, Oviedo, Pamplona, Zaragoza, Girona, Tarragona, Almería, Córdoba, Cádiz, Málaga, Las Palmas, Tenerife o Mallorca, por poner algunos ejemplos.

Reformas / Aunque hoy se conocerán más detalles sobre las necesidades de reforma en el Francisco de la Hera, la necesidad de cumplir con una serie de requisitos técnicos exigidos por la Liga pronostican que serán jornadas largas en la calle Colombia durante las próximas semanas. Las zonas de palcos privados, cabinas radiofónicas, aseos, algunas necesidades de aforo o espacios amplios para las retransmisiones televisivas serán algunas de las exigencias de la Liga.

La ventaja del Extremadura en este sentido es la de contar con un estadio como el Francisco de la Hera que ya fue de fútbol profesional. Esto implica que haya muchos elementos arquitectónicos ya previstos, aunque ahora haya que volveros a reformar o retocar.

SABAS / Por otra parte, el Extremadura está de celebraciones, pero enseguida tendrá que ponerse manos a la obra para empezar a diseñar su plantel de Segunda División. La primera piedra por poner será la del entrenador. Todo apunta a que sólo hay una opción posible: Juan Sabas. El técnico madrileño ha logrado una hazaña sin precedentes. Después de ser cesado a inicios de verano, volvió con el equipo fuera del playoff y, tras clasificarlo, lo ha ascendido. «Claro que me gustaría entrenar al Extremadura en Segunda. Ahora nos sentaremos con el presidente y los que mandan y lo dejaremos todo claro», comentó ayer.

En Almendralejo no contemplan un Extremadura sin Juan Sabas en Liga 123. El conocido fenómeno del ‘Sabismo’ ha contagiado a toda la afición después de hacer cumplido un sueño. Ahora es cuestión de tiempo de organizar un equipo a la altura de la categoría, aunque bajo la chapa parece más que claro que sólo cabe poner a Sabas.