Si el Extremadura quiere superar sus números del pasado año tendrá que ganar en Cuenca, el domingo y en el cierre liguero. Con un empate sólo igualaría los 50 puntos que acabó firmando el equipo de Pepe Bizcocho, sustituto de un Cisqui fulminado sin demasiados miramientos y puesto de patitas en la calle . La crisis en la que se halla inmerso el club almendralejense, la que se refiere al ámbito deportivo, aunque hay más, le hace mostrar números de descenso seguro en la segunda vuelta. Sin embargo, los puntos que sumó en la primera van a ser suficientes visto lo visto hasta ahora.

ENGANCHADOS La sensible diferencia entre el Extremadura de Bizcocho, que acabó décimo con esos 50 puntos, y éste de Ortuondo, que puede aspirar incluso a los 52, es que el del pasado año enganchó a una legión de seguidores que siguieron en desplazamientos masivos a sus jugadores. Y eso se reflejó luego en la venta de abonos. Lo de la actual campaña, también en ese sentido, parece sensiblemente distinto.