EXTREMADURA 1: Flavio; Dani Fragoso, Jonathan, Cámara, Samuel; Torrecilla, Lolo, Marco; Capi (Raúl García, M. 46), Rubén (Pichi, M. 81) y Manuel (Sergio, M. 64).

MELILLA 0: César Gálvez; Redondo, Chupa, Iñigo Ros, Mohamed; Francis Flores, Angel Luis; Yamal (Waldo, M. 82), Dezotti, Thierry y José Carlos (Pedro, M. 60).

GOL: 1-0 M. 7: Marco.

ARBITRO: Moisés Alvarez García (Andaluz). Bien, sus contados errores se los debe a sus asistentes. Amonestó a Chupa, Mohamed, Angel Luis, Lolo, Redondo, al masajista visitante, Yamal, Pichi, Sergio, Jonathan y Raúl García.

Volvió a jugar con fuego el Extremadura por segunda semana consecutiva, pero con la sustancial diferencia de que esta vez no se quemó y la perspectiva termina por ser bien distinta. Los azulgranas acabaron ganando por la mínima (1-0) el encuentro matinal de ayer en el helado Francisco de la Hera porque enfrente tuvo a un Melilla que es más inocente que el asa de un cubo . Cualquier equipo de medio pelo hubiese sacado tajada de la importante empanada mental que terminó por desquiciar al bloque de Francisco y que, en condiciones normales, le habría llevado al abismo de una más que merecida derrota.

Volvió a madrugar el conjunto almendralejense y a los 7 minutos ya mandaba en el marcador con el tanto que, a la postre, sería definitivo. Un balón que sobrevuela el área norteafricana sin aparente peligro y un penalti tipo Pedro José con una mano que no venía ni a cuento. Marco se encargó de inaugurar y justo ahí comenzó el calvario local. Aunque Jonathan pudo sentenciar sólo dos minutos después, en un saque de falta que se fue por encima del larguero, la previsible reacción azulina empezó a mermar la trama de Francisco.

El de Osuna, que ayer presentó un dibujo con una triple línea de creación en mediocampo dejando en el eje a Lolo y escoltándolo a diestra y siniestra con Torrecilla y Marco respectivamente, empezó a ver como un equipo sin nada, sólo a base de voluntad, empezaba a subírsele a las barbas al suyo.

UN FLAVIO SALVADOR

Flavio Frangella, el gran protagonista del duelo junto a un Jonathan tan polivalente como espectacular niñerías al margen, tuvo que salvar a su equipo del empate en el minuto 18. Francis Flores obligó a emplearse a fondo al italo-argentino en un contragolpe y repitió en el 33 con otro paradón en media salida cuando Yamal cantaba el 1-1.

Los azulgranas agradecieron el descanso porque comenzaban a perder los papeles y no eran capaces de neutralizar a un equipo que respiraba únicamente en base a los errores y las pérdidas infantiles de balón de los de casa.

La segunda parte no mejoró el guión, todo lo contrario. Mientras Francisco movía el banquillo buscando soluciones a una peligrosa ecuación, los de Sánchez Montoya intimidaban cada vez más hasta encerrar a los azulgranas en su parcela.

El cuento de la actitud no sirve. Los locales corrían y buscaban multiplicarse. Pero lo hacían cual pollo sin cabeza y con más corazón que raciocinio. El Melilla llegó a empatar. Pero el centro de Yamal anterior al remate a la red de Angel Luis había salido por la línea de fondo para el asistente que invalidó el tanto. De ahí el final, más de lo mismo. Achucha el Melilla, se defiende como puede el Extremadura y la grada al borde del infarto hasta el pitido final. Qué cruz.