La selección española de balonmano, de la que forma parte el extremeño Carlos Prieto, tratará mañana de disipar las dudas que ha generado, especialmente en defensa, durante la preparación para el Europeo con un triunfo sobre la República Checa, que dejaría prácticamente encarrilado el pase a la segunda ronda del torneo.

Para ello, el equipo español deberá solventar definitivamente los numerosos problemas que ha mostrado en el centro de la defensa 6-0, donde ni Viran Morros, ni Carlos Prieto, ni Rubén Garabaya han aportado, por el momento, la solidez necesaria para que España pueda aspirar a pelear con los mejores en el Campeonato de Europa que arrancará mañana en Austria.

La facilidad con la que Suiza, en el torneo disputado en Badajoz, y, sobre todo, Islandia, en el test más exigente antes de la cita austriaca, han conectado con sus pivotes, han mermado el rendimiento de la portería, posiblemente una de las mejores líneas del conjunto español.

Pero, sobre todo, ha impedido a los Valero Rivera explotar una de sus mejores armas, el contragolpe, que se antoja básico para que la selección española pueda volver a luchar por las medallas en un torneo, en el que el equipo nacional ha disputado hasta en tres ocasiones la gran final.

De la mejora del rendimiento defensivo dependerá además que España pueda liberarse de la "ansiedad", que lastró al equipo en el choque amistoso del sábado ante Islandia (27-30), obligada como estaba el conjunto nacional a responder en cada ataque a los tantos encajados.

No obstante, y pese a los nervios que implica el debut en cualquier gran competición internacional, la selección española parte como favorita para imponerse mañana (18.15 horas) a la República Checa, en un duelo en el que los centroeuropeos jugarán como en casa dada la cercanía de la frontera checa con Wiener Neustadt.

Aunque el mayor peligro de la República Checa no serán los numerosos aficionados que acudirán al Arena Nova, sino el poderoso brazo del lateral izquierdo Filip Jicha, uno de los cañoneros más temibles del panorama internacional.

Peligro que Valero Rivera tratará de atajar con una defensa individual, tras y como dejó entrever tras el último encuentro amistoso ante Brasil, ya que como recordó el seleccionador nacional "todos los equipos que le han hecho mixta han ganado".

Y es que el técnico español es consciente de que ausentes el pivote David Juricek, lo que obligará al gigantón Daniel Kubes presumiblemente a desplazarse a la línea de seis metros, y lateral derecho Pavel Horak, todo el juego ofensivo de la República Checa se concentra en el jugador del Kiel alemán.

No obstante, España deberá limitar al máximo las perdidas de balón si no quiere ser víctima del veloz contragolpe checo, con los extremos Jan Filip y Jan Sobol, por la derecha, y Karel Nocar y Pavel Mickal, por la izquierda, son la punta de lanza.

Sin olvidar la compacta pareja que conforman los porteros Martín Galia y Petr Stochl, aunque todo dependerá del nivel que sea capaz de mostrar el equipo español, que como bien resumió el lateral Iker Romero, en estos momentos, "es capaz de ganar a cualquiera, pero también de perder con cualquiera".