"Después del Dakar no hay nada, es una meca, es lo máximo". Para el deportista extremeño Luis Belloso faltan palabras en el diccionario para describir su participación en la carrera más dura del mundo al frente de un camión T4 como copiloto junto al conductor Jesús Morán y al mecánico Jorge Sanz. Juntos, y con muchas penurias a sus espaldas, han conseguido llegar terceros en la categoría de camiones 6x6 y en el puesto número 49 en la clasificación general de este tipo de vehículos.

Luis Belloso, director de una entidad bancaria en Moraleja y primer extremeño en competir en la famosa carrera, ha dejado en las complejas y áridas rutas del Dakar muchas horas de emoción, además de 8 kilos de peso. "Comer era lo de menos. Hemos estado hasta más de 20 horas sin bajarnos del camión y con descansos de poco más de treinta minutos", explicó. Mientras, la familia de Belloso ha seguido los pasos y acelerones del copiloto extremeño con el corazón encogido dada la peligrosidad que entraña participar en un rally de esta envergadura y no es para menos, porque Luis tiene anécdotas para dar y tomar, entre ellas un fatal accidente del que resultaron ilesos. "El camión cayó por un terraplén de dos metros de altura, se rompió la barra de dirección y otros elementos del camión pero pudimos seguir".

En el cuaderno de viaje tampoco faltan dos días de enfermedad, los recuerdos de 40 humildes poblados de Mauritania, Malí y Senegal, además de la llegada final al mítico Lago Rosa, donde fueron recibidos como auténticos héroes. El competidor extremeño no ha hecho más que llegar y ya imagina su todoterreno adaptado para correr, y será como piloto, su segundo Dakar el año que viene. En la cabeza de Luis ya suena otra vez la llamada del desierto.