"Los equipos deben reducir su personal de 1.000 a 250 personas, y los presupuestos de 400 a 150 millones. De lo contrario, no hay viabilidad". La reflexión es de Flavio Briatore, el jefe de Renault, el más crítico con los despilfarros que la F-1 ha exhibido hasta ser golpeada por la crisis. La parrilla del 2007 comenzó con 22 pilotos y finalizó con 20. Por el camino desapareció el equipo Super Aguri. El próximo año podrían ser 18 si Williams no resuelve su deuda, que este año ha aumentado en 88 millones de dólares, mientras su principal patrocinador, el banco escocés RBS, ha retirado su apoyo después de librarse de la quiebra por el rescate del Gobierno.

El pánico financiero ha puesto en fuga a los patrocinadores. Renault ni siquiera ha completado su espacio publicitario a pesar de fichar a Fernando Alonso. ING, el principal patrocinador, no prevé renovar el contrato, igual que Mutua Madrileña. Renault no es el único en dificultades; solo uno más. BMW perderá a finales de año a su principal espónsor, Crédit Suisse, y no encuentra sustituto de momento. Toyota y Honda, sin patrocinadores, son el ejemplo de que los grandes fabricantes son el principal apoyo. Pero los dos gigantes japoneses, Mercedes, BMW y Renault deben afrontar la brutal caída en las ventas. M. MARTINEZ