Se le vuelven a atragantar los equipos de abajo al Mérida. El partido del pasado sábado en Marbella (1-0 en contra) parecía una competición para ver quien mandaba los pelotazos más fuertes y con menos sentido. Por eso lo más justo hubiera sido el empate, pero un tropezón inoportuno de Juli Ferrer fue aprovechado por Quini, mientras que el larguero en la primera parte y Avila en la segunda (parando el penalti de Luciano) evitaron el gol del Mérida que hubiera puesto la justicia. Con todo esto Fabri volvió a expresarse con sinceridad reconociendo que "ha sido un encuentro horroroso e incluso de desastre. Nosotros hemos dado vergüenza".

El técnico gallego no culpaba la actitud de los jugadores porque "ellos han peleado y han luchado, pero sin sentido", añadía además que "no tengo palabras porque no reconozco a mi equipo".