Extremadura siempre ha mantenido lazos estrechos con Sudamérica y eso se ha traducido en una permanente tradición común: historia, religión y, ahora, en el ámbito deportivo. Iván Moreno y Fabianesi, uno de los mejores jugadores en el último Torneo Apertura de la Liga de Argentina, es la expresión deportiva de ese choque de culturas.

Moreno y Fabianesi nació en Badajoz el 4 de julio de 1979, mientras su padre desarrollaba su carrera como futbolista profesional en España (Mérida, Granada y Levante). Iván apenas tenía un año cuando la familia llegó a Argentina y se instaló en Santa Fe, tierra que ha visto crecer a cracks como Messi, Batistuta o Maxi Rodríguez.

Aventura europea

Después de militar en todas las categorías inferiores de Rosario Central, su debut en la Primera argentina llegó en 1998. Tras confirmarse durante dos años como efervescente promesa, Fabianesi probó suerte en Europa. Primero, en el Oporto, como parte del pago por el fichaje de Pizzi, cuando el ariete regresó al club rosarino. Y por último, en la temporada 2001/2002, en el Onda de Segunda B, que por entonces era filial del Villarreal. Tras un breve paso por tierras levantinas, el volante volvió a Argentina y, tras un año en Banfield, recaló en Colón, donde se ha consolidado como gran figura. El extremeño probará suerte ahora en México, donde a inicios de este año fue presentado como fichaje estrella del Morelia.

A pesar de que no pasó en España más de un año de su vida, Moreno y Fabianasi deja claro su origen cuando llega la hora de celebrar sus goles: con un solemne pase de torero. "El festejo nació como homenaje a mis padres, una tarde que estaban viendo un partido en directo desde su casa en España". Desde aquel día, la celebración ´taurina´ se convirtió en seña de identidad cada vez que marca un gol, una circunstancia muy repetida en los últimos meses. A pesar de no ser delantero, el ´Torero´ anotó nueve tantos en el último Apertura, convirtiéndose en el mediocampista más goleador de la Liga y pichichi del equipo.

Ahora llega una nueva aventura en el Morelia de México, a donde Fabianesi aterriza a condición de préstamo, aunque muchos creen que puede ser un puente para recalar posteriormente en alguno de los grandes de Buenos Aires.