ARROYO: Facu, Alcalá (Rojas, min. 46), Santi Polo, Gallardo, Tomás, Iván Moya (Bayón, min. 77), Armero, Capó, Casi, Coco y Fran Minaya (Carrasco, min. 77).

MELILLA: Alvaro, Juanjo, Richi, Nando, Mahanan, Hamin (Pendu, min. 81), Guille Roldán (Braim, min. 89), David Sánchez, Chota, Sufián (Pedro Conde, min. 73) y Nacho Aznar.

GOL: 0-1 (min. 30): David Sánchez.

ARBITRO: Vicente Moral (castellano-leonés). Amonestó a Coco y Armero por los locales; y a los visitantes Sufian, Alvaro y Juanjo.

INCIDENCIAS: Buen ambiente. Al final, presentación de los equipos de cantera.

El Arroyo sigue complicándose su existencia, aunque lo pone todo. Ayer, en un duelo en el que no fue peor que el Melilla, cayó 0-1. Consecuencia: tendrá que puntuar en Villanueva y Cáceres en los derbis consecutivos fuera de casa (o al menos ganar uno de los dos partidos) para llegar a la última jornada con opciones de permanencia. Ese día llegará el Cádiz, previsiblemente como campeón.

Un golazo espectacular de falta de David Sánchez, un excelso futbolista con pasado incluso en Primera, decidió el choque. Apenas amenazó más el Melilla. Por contra, el grupo de Pato dispuso de al menos tres ocasiones para empatar. No lo hizo. Esa fue la diferencia, la fatídica diferencia.

El Arroyo salió encojido, pero fue ganando terreno conforme avanzaba el encuentro. El Melilla, muy fuerte físicamente y perfecto en el fútbol solidario, controló perfectamente la primera mitad, en la que se dedicó a especular con el balón en busca de su oportunidad. Le llegó a la media hora, y la materializó, con un guante en su pierna izquierda, su zurdo cerebro. Golazo ante el que no pudo hacer nada Facundo, por lo demás espectador durante toda la mañana.

Quizá el tanto visitante espoleó al Arroyo, que encerró al Melilla en su campo. Como suele ser habitual, el fútbol directo es el mejor método para los ajedrezados. Imperiales Gallardo y Carlos Tomás, el juego se tornó áspero, pero vibrante.

La tuvo Capó en el último minuto del primer acto, pero el exarroyano Alvaro, el mejor de su equipo junto a David Sánchez, desvió in extremis.

SEGUNDA PARTE MEJOR En el segundo tiempo Pato movió ficha con un cambio muy ofensivo, situando a Rojas con Casi en el ataque y dejando en la caseta al ayer lateral derecho Alcala. Le salió bien, al menos en cuanto a despliegue en campo contrario.

Con dos delanteros, los locales casi acorralaron a su oponente, que montó su particular parapeto atrás para conservar la ventaja. Hasta el veteranísmo Chota terminó casi como central, achicando balones contínuamente.

El ataque fue en vano. Armero tiró del equipo por la derecha y lo intentó en varias ocasiones. El filigraneo de Coco entre líneas hizo daño, Minaya entró contínuamente por la izquierda. Casi y Rojas lo intentaron de todas las maneras posibles, pero no era el día del Arroyo. El asedio fue constante, especialmente en el último cuarto de hora, en el que el portero visitante se convirtió en el héroe del encuentro al salvar un par de manos a mano ante Casi y Rojas, además de solventar cualquier problema por alto en los contínuos balones lanzados por el siempre orgulloso Santi Polo.

El árbitro acertó en la jugada polémica tras reclamársele una mano en el área visitante cuando expiraba el choque. Ni siquiera puede valer eso de excusa.

El mal del Arroyo deviene de su falta de gol. 27 tantos en 35 partidos es un muy mal balance para un equipo cuyo objetivo es salvarse. Pato se encogía de hombros cuando se le preguntaba sobre esta carencia. Ayer, algunos de los remates iban bien dirigidos, pero el balón no quiso entrar. Esto se pone duro.