Fátima Agudo es una deportista récord. En una región tan necesitada de triunfos deportivos individuales y colectivos, bate marcas con sus catorce campeonatos de España y otra serie de títulos que elevan a la arquera extremeña a categoría de leyenda.

--Catorce veces campeona de España, ¿empieza a ser monótono competir?

--No. Cada competición es diferente y un campeonato de España cuesta mucho conseguir. No deja de motivar, siempre quieres más, nunca estás conforme. Compitiendo se tienen momentos buenos y malos y uno no llega nunca a aburrirse. En este último campeonato, por ejemplo, sufrí mucho para hacerme con la victoria.

--En el Mundial de Turquía, ¿un buen resultado sería...?

--El podio sería muy importante. El oro se me resiste y tengo muchas ganas de lograrlo, pero la competencia será dura.

--Se especuló con su retirada debido a su maternidad, ¿en qué le ha cambiado ser madre a la hora de competir?

--Me siento responsable del sacrificio que hago con mis hijos, del tiempo que les dejo solos, del poco tiempo que paso con ellos por los viajes y los entrenamientos. Eso es lo peor. Siempre que gano una medalla se la tengo que dedicar a ellos, pero en cuanto a mentalización de cara a la competición no ha cambiado nada; sigo siendo igual. Cuando estoy tirando no pienso en otra cosa.

--Marido arquero, su suegro fue presidente de la federación de tiro con arco, usted misma... sus hijos lo tienen que llevar en los genes

--Ellos serán lo que quieran ser, pero me gustaría que estuvieran vinculados al mundo del deporte. Curiosamente, les gusta el fútbol, un deporte que odio, practican ajedrez y cuando los llevo a los entrenamientos les gusta tirar con el arco.

--¿Es consciente de que se ha convertido en una leyenda del deporte extremeño?

--Uno nunca es consciente de eso. Bien es cierto que, pese a ser este un deporte minoritario, ya no paso tan desapercibida debido a la prensa. Pero no me siento leyenda ni nada de eso. Quizá cuando pase el tiempo y mire atrás me daré cuenta de lo que he conseguido. Lo que sí estoy es muy satisfecha de lo logrado. Es increíble.

--¿Qué sueño no se ha hecho aún realidad?

--Convertirme en campeona del Mundo es lo que me queda. La medalla de oro debe ser lo más para una deportista, que suene tu himno... Debe ser especial.

--¿Ha pensado en la retirada?

--Sí. Lo pienso por la familia. Estar al más alto nivel implica salir a competir y pasar mucho tiempo fuera de casa. Me apetece cambiar el chip , retomar el arco olímpico y dejar de competir, tomarlo más como un hobby. Pero quizá no lo pienso muy seriamente y por ello sigo aquí.

--¿Quién puede recoger su testigo o pasarán muchos años hasta que vuelva a surgir una campeona de su talla?

--Hay gente joven que con trabajo puede hacerlo bien. Está, por ejemplo, Antonio Fernández, un cadete que ha quedado quinto en el campeonato de España junior. Le falta matizar, pero con trabajo... También hay unas chicas en Badajoz con nivel.

--¿Tiene el tiro con arco el reconocimiento que se merece a nivel mediático y de ayudas?

--Personalmente, no me puedo quejar. Los medios se portan bien con nosotros, las instituciones apoyan... Ocurre que es un deporte minoritario y las ayudas son limitadas, pero podemos ir tirando.

--¿Seguirá vinculada al arco cuando se retire?

--Si a mis hijos les gusta, seguiré, aunque no me considero buena entrenadora. No tengo mucha paciencia y quizá tampoco los conocimientos técnicos de un entrenador. Podría, eso sí, transmitir sensaciones.

--¿Su mejor recuerdo?

--El Mundial de 2005 fue muy especial. En el Nacional quedé segunda y no empecé muy fina en el Mundial. Llegué a la final y, aunque mi miedo era no estar a la altura, igualé mi marca y la final fue muy igualada. Acabé perdiendo, pero me llenó de orgullo.