Ocho días después de la final del Europeo, José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, y Pepu Hernández, seleccionador español, decidieron olvidar su diferencias y sellar la paz definitiva. Atrás han quedado las tensiones desencadenadas por la forma de organizar algunos eventos alrededor del combinado español. Eso tuvo un efecto multiplicador tras la derrota ante Rusia en la final del campeonato. Ahora, dirigente y técnico han vuelto a unir su destino con vistas a los Juegos de Pekín.

Dicen que para solucionar un problema lo primero es asumirlo. Algo así han debido hacer Sáez y Pepu en los últimos días. Ambos estaban condenados a entenderse, entre otras cosas porque casi nadie hubiera aceptado una salida del técnico que llevó a la selección a lo más alto.

"Se sacó de quicio alguna diferencia, pero no hubo ni enfrentamiento ni mala relación. Estamos en el mismo barco. Hay más cosas que nos unen que nos separan. Lo que ocurrió ya está olvidado. Quiero dejar muy claro que Pepu cuenta con todo nuestro apoyo y el mío personal. Tiene un mérito extraordinario y trabajamos ya en el futuro", declaró ayer Sáez en una comparecencia junto al seleccionador nacional de baloncesto.