La sesión última del enfrentamiento entre Eslovaquia y España, distante de emociones competitivas y con el resultado resuelto en favor del cuarteto centroeuropeo, fue cruel con Feliciano López, principal baza hispana, pero iluminó a Fernando Verdasco, que inauguró su lista de victorias como jugador de Copa Davis y lavó la honrilla del equipo en el duelo.

La jornada aventuró dureza después de lo sucedido en los días previos. Con todo resuelto y poco que disputar. Si acaso, evitar un cómputo desastroso y salvar el honor del resultado.

Miroslav Mecir, capitán eslovaco, ahondó en la herida española y acrecentó las dificultades. Designó para los últimos partidos a Michal Mertinak, el gigantón decisivo del dobles y a Kamil Capkovic, inicialmente desplazado a un papel testimonial.

Mertinak tuvo un inicio arrollador y endosó un 6-0 al toledano, desaparecido de la pista. Feliciano mejoró después. Sacó mejor y trasladó el parcial hasta el desempate (7-3). Pero Mertinak no desperdició su día de gloria. Rompió el saque del español en el cuarto juego y cerró el partido sin ceder su servicio (6-0, 6-7 y 6-4).

Verdasco no padeció una situación similar. Esquivó las sorpresas. Para él la motivación era mayor. Era su segundo partido en la Copa Davis y no quería desperdiciar la posibilidad de lograr su primer triunfo. Lo hizo con desenvoltura por un doble 6-2.