El centenario bien vale una Copa.... de la UEFA, es el eslogan que puede esgrimir el Sevilla como colofón a los festejos de sus efemérides, al ganar el título continental al Middlesbrough (4-0) en la histórica noche del 10 de mayo del 2006.

El Sevilla llegó a su máximo esplendor en el fútbol con un título que ha tardado en llegar casi 101 años. Toda una vida (como la canción del inolvidable hispano cubano Antonio Machín, con su eterna morada en Sevilla desde el 4 de agosto de 1977) tuvo que esperar la sufrida hinchada sevillista para saborear un éxito inolvidable para las retinas y memorias de unos fieles seguidores que aguardaron 57 años, 10 meses y 6 días para levantar otra vez una Copa. Fue el 4 de julio de 1948 cuando el Sevilla obtuvo hasta ayer su último título, de la Copa del Generalísimo, al doblegar al Celta (4-1).

Esta sequía de títulos incluso fue recordada por el otro equipo de la ciudad, el Betis, con frase lapidaria de Ruiz de Lopera: "hay niños que tienen 57 años y no conocen un título y uno que nació ayer --12 junio-- podrá decir que ha conocido al Betis siendo campeón" en alusión a la Copa del Rey al ganar a Osasuna (2-1).

LOS CANTICOS Esto y otras cosas siempre han sido motivo de piques más o menos ingeniosos entre los seguidores de los dos equipos. "Esta noche se muere don manué, esta noche se muere don manué", uno de los cánticos de los seguidores sevillistas, en alusión al disgusto del presidente del Betis. En la acera de enfrente, también se echa mano al ingenio para destapar las carencias de sus rivales: "en la Feria hay muchas polillas porque se ha abierto la sala de trofeos del Pizjuán, para la Copa de la UEFA, que huele a naftalina".

La ansiedad contenida de los aficionados sevillistas durante más de medio siglo estalló en el Philips Stadion. Luego, la fiesta se prolongó en las calles de una Sevilla divida en sus colores, ya que los 10.000 aficionados que siguieron el partido desde el Auditorio de la Cartuja se desperdigaron por el centro.

Otros, la mayoría, se fueron a los aledaños del estadio sevillista, donde se congregaron hasta bien entrada la madrugada para festejar su júbilo, que, por otra parte, quizás no fue muy bien compartido por los residentes en la zona que les acompañaron en la larga madrugada .

En la noche de ayer volvería la fiesta con el regreso del equipo, con enorme retraso respecto al horario previsto. Los jugadores se pasearon en un autobús descubierto por las principales calles de la ciudad.