El Cacereño está de rebajas. Su presidente y máximo accionista, Félix Campo, sigue decidido a vender, aunque al mismo tiempo continúa apurando las opciones para sacar lo máximo posible a la operación.

Las especulaciones siguen disparándose y hay incluso fuentes que aseguran que ya está vendido, pero que no se va a hacer público todavía. Otras son más claras: Félix Campo ya no pide cinco millones de euros por el club... sino cuatro, una cantidad que se considera aún muy alta para los hipotéticos aspirantes .

Según esta versión, los empresarios interesados siguen siendo muy remisos a dar el paso adelante definitivo, entre otras cosas por las dudas legales que supondría el traspaso de poderes, con un embargo pendiente y la situación derivada de los problemas creados por el conflicto con el exjugador verde Quico.

La escasa masa social que le queda aún al histórico club clama por que se concrete definitivamente la venta, mientras que los interesados en la operación siguen viendo muy complicado llevarla a cabo.

El secretismo en el que se han instalado todas las partes sigue siendo, además, el denominador común de un viejo culebrón que, sin embargo, sigue suscitando el máximo interés, incluso al más alto nivel político.