Fernando Alonso (Ferrari) afronta el Gran Premio de Malasia con la intención de seguir siendo líder del mundial, en una carrera en la que no sólo tendrá que luchar con sus rivales, sino además contra el calor, las tormentas y el consumo.

El Gran Premio de Malasia es el más duro de la temporada para los pilotos y para los coches. En Ferrari, que ya tuvieron problemas en Bahrein con el coche del brasileño Felipe Massa, siguen trabajando en mejorar la refrigeración de los propulsores y seguramente presentarán una carrocería modificada para evacuar mejor el calor.

También tendrán que resolver el problema que ha sufrido Alonso en las dos salidas, sobre todo el domingo pasado en Australia, en el que llevaba un sistema modificado que no funcionó y le hizo tener un mal arranque.

Otro problema que se presentará en este Gran Premio es el del consumo, ahora que no se puede repostar, ya que es además la carrera más larga del campeonato con 310 kilómetros y dos rectas en las que los motores van a pleno rendimiento durante muchos segundos.