Es sólo la tercera carrera de la temporada pero por el resbaladizo asfalto de Albert Park se han caído buena parte de los aspirantes a destronar a Fernando Alonso. Un triunfo inapelable en la versión más implacable del campeón desnudó las carencias de quienes ambicionan su corona. Jenson Button se desinfló como un globo pinchado, Juan Pablo Montoya se granjeó el desprecio de su equipo, Giancarlo Fisichella ya no encuentra disculpas a sus errores y Michael Schumacher descubrió entre los restos de su accidentado Ferrari que quizá se esté haciendo viejo. Sólo Raikkonen sigue a distancia la estela del asturiano, que sumó su décima victoria en la F-1.

El tercer puesto de Ralf Schumacher ilustra el batacazo general entre quienes llegaron a Australia con la ambición de ganar o subir al podio del que Fernando Alonso no se baja: dos triunfos en tres carreras, un segundo puesto, 28 puntos de 30 y 14 ya de ventaja sobre Raikkonen y Fisichella en el Mundial. Es el mejor piloto y en Australia pilotaba el monoplaza más rápido. Su dominio resulta hasta grosero.

Renault ha puesto en manos de Alonso un gran coche pero, afortunadamente para las audiencias de la F-1, el equipo francés comete errores de estrategia en las sesiones de calificación que privan a Alonso de la pole. Mezclado con el resto en la parrilla, aún hay lugar para apreciar sus genialidades. De lo contrario, sería como una liebre inalcanzable para los galgos de un canódromo. Jenson Button (Honda) y Giancarlo Fisichella --su compañero-- figuraban esta vez por delante.

ERROR DE FISICHELLA El italiano, que se había autoproclamado aspirante al título tras su triunfo en Malaisia, caló el coche en la vuelta de formación y tuvo que salir desde la calle de boxes, con trompo incluido en su primera vuelta. Otra vez desahuciado, de nuevo sin consuelo a pesar de los mimos de Flavio Briatore.

Button también tardará en olvidar Australia. La esperanza inglesa de continuar con las sagas de los Hill, Stewart o Clark, duró tres vueltas de líder. Aguantó las primeras curvas a Alonso, pero ahí se acabó sus resistencia. El coche de seguridad entró en pista en el primer giro para despejar los restos del Ferrari de Felipe Massa --colisionó con Jarno Trulli (Red Bull) y Nico Rosberg (Williams)-- y en la reanudación de la carrera Alonso adelantó a Button al final de la recta de meta. Ahí comenzó la cabalgada en solitario del ovetense y un calvario para el inglés.

Button fue rebasado después por Raikkonen y Montoya en pista, por Ralf Schumacher, Nick Heidfeld, Mark Webber y Michael Schumacher en boxes, y acabó con su coche en llamas a tan sólo 30 metros de la meta, cuando defendía un quinto puesto frente a Fisichella.

Albert Park se atragantó a más pilotos. Ya se veía que era uno de esos días negros de Montoya cuando el colombiano realizó un trompo en la vuelta de formación, algo impropio de un piloto de F-1. Acabó de rematarla al salirse por el sembrado cuando peleaba por entrar en el podio durante el último tercio de carrera. El McLaren no arrancó y los mecánicos e ingenieros miraron con desprecio hacia otro lado cuando Juancho quería justificar su error en boxes.

Diez vueltas antes, en el mismo lugar --la última curva antes de la recta de meta-- Michael

Schumacher había estrellado su Ferrari contra el muro cuando intentaba dar caza a Button desde la sexta posición. Dice el heptacampeón que sólo se permite un error por temporada. Ya ha cubierto el cupo. Por eso quizá se fue tan cabreado que no abandonó la pista por el box de Ferrari, sino por el de Toyota. Lo hizo sin quitarse el casco, para que nadie viera en su rostro la ira.

El accidente de Schumacher hizo salir el coche de seguridad a pista por tercera vez, como lo hizo antes por un accidente de Christian Klien (Red Bull), y después de otro de Vittantonio Liuzzi (Toro Roso). Las cuatro neutralizaciones arruinaron las distintas ventajas que Alonso había labrado en la cabeza --más de 40 segundos en conjunto-- pero su equipo anduvo listo para efectuar los repostajes en el momento idóneo y el asturiano anduvo sobrado para mantener las ventajas con Kimi Raikkonen, incluso mimando su motor en las últimas 15 vueltas, pensando en la próxima carrera en Imola.