Ni siquiera una vez concluido el Gran Premio de Italia, en el que Fernando Alonso y Lewis Hamilton, pilotos de McLaren, humillaron a los bólidos rojos de Ferrari, se silenciaron de alguna manera los motores.

La F-1 continúa haciendo ruido, mucho ruido, especialmente la escudería, que se ha visto relegada a un segundo plano tanto en el Mundial de pilotos como en el de constructores.

EL ATAQUE DE TODT Jean Todt, responsable de Maranello, amenazó ayer a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) con extender sus querellas a los tribunales ordinarios ingleses e italianos por el supuesto espionaje de McLaren en caso de que, el próximo jueves, el Consejo Mundial no sancione con dureza a la escudería de Ron Dennis.

"Lo único que queremos es que aflore la verdad", comentó ayer Todt, en una clara insinuación de que McLaren está derrotando a Ferrari con las mejoras, no demostradas, ni detectadas, obtenidas de la documentación que su ingeniero Nigel Stepney suministró a su colega británico Mike Coughlan, proyectista de la escudería británica.

"Lo hemos visto en el atletismo, ha ocurrido con medallistas olímpicos, en el ciclismo, en el fútbol y ahora en la F-1", agrega Todt en otra clara insinuación de que las victorias de McLaren podrían ser revisadas en caso de que la FIA le sancionase por la cuestión del espionaje.

"Estamos convencidos --terminó diciendo Todt-- de que McLaren ha conseguido ciertas ventajas del análisis de la documentación obtenida sobre los diseños de Ferrari".

Arropado por la prensa italiana, que no ha cesado de torpedear al equipo McLaren y a sus pilotos hasta el extremo de inventarse informaciones contra sus intereses, los responsables de Ferrari han sabido moverse en todas las direcciones.

"Es un momento grave para la F-1 por lo que ha sucedido", comentó Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, en Monza. "Es algo muy desagradable y prefiero, por respeto a la justicia, no decir nada más". Horas después, representantes de la justicia italiana se personaron en el box de McLaren para informarles de que estaban siendo investigados por ello.

Ese gesto, que propició una nota de prensa de la escudería inglesa criticando la acción, "cuya única intención era la de distraer al equipo en un momento crucial de la calificación", todavía coleaba ayer ya que el propio ministro de Justicia italiano, Clemente Mastella, se vio obligado a recordar, en declaraciones a La Gazzetta dello Sport, que la justicia italiana no está influenciada por Ferrari ni por nadie.

APARICION DE BRIATORE Mientras Lewis Hamilton reconoció ayer que "jamás hubiese imaginado que odiaría algo de la F-1, pero los políticos y determinada gente quieren demasiado protagonismo", Flavio Briatore, responsable de Renault y AUN hombre de confianza de Alonso, se entrevistó el domingo con Dennis para intentar pacificar la situación y, sobre todo, evitar que el jefe de McLaren destape, en la audiencia del jueves, las trampillas que tiene detectadas en la escudería francesa y en Ferrari.

"Una cosa está clara: los correos electrónicos entre Alonso y De la Rosa no contienen bomba alguna, son vulgares e idénticos a los que se cruzan un piloto probador con su jefe", dijo un miembro de McLaren. El próximo jueves se sabrán más cosas y, sobre todo, habrá una solución, al menos en cuanto a si este Mundial podrá terminar de una forma honrosa.