El Mundial de F-1 inicia hoy en Shanghái el penúltimo gran premio del año. Y lo hace con el británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) apurando ya su primera pelota de partido al contar, cuando solo restan 20 puntos en juego, con 12 puntos de ventaja sobre el español Fernando Alonso (McLaren-Mercedes) y 17 más que el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari).

El niño mimado de Ron Dennis será campeón si acaba por delante de sus dos adversarios (no importan las posiciones) y si pierde menos de dos puntos con respecto al asturiano.

IRONIA Mientras, los componentes del equipo Ferrari dieron ayer por perdido el título de pilotos tras conquistar el de constructores gracias a la dura sanción impuesta por la FIA a McLaren. "Siempre nos quedará el consuelo --aseguró ayer Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari-- de que si gana Hamilton, también gana Ferrari, pues algo de nuestra escudería hay en su coche".

Raikkonen dijo ayer: "Lewis lo tiene prácticamente hecho, aunque intentaremos ponerle las cosas difíciles en las dos últimas carreras". Su compañero Felipe Massa renunció ya al título, el domingo, en Fuji (Japón). "Yo ya lo perdí y Kimi lo tiene imposible". Jean Todt, el jefe de todos los ferraristas, pronunció ayer en Shanghái la misma frase que dijo Alonso el domingo en Fuji: "Solo un milagro en China y Brasil puede hacer que Kimi gane el título de pilotos".

UN CIRCUITO FERRARI Pedro Martínez de la Rosa reconocía ayer, en su hotel de Tokio, que el trazado de Shanghái "es el que más favorece a Ferrari de los dos que quedan". Para el piloto probador de McLaren-Mercedes, el monoplaza británico ha mejorado sensiblemente desde los entrenamientos realizados recientemente en Jerez. "No me extrañaría que diésemos la sorpresa pues nuestro MP4/22 está mucho mejor que hace algunas semanas".