Quedan las matemáticas o el recuerdo de remontadas anteriores ("Hace tres años superamos una diferencia mayor", recuerda Stefano Domenicali), pero la sensación en Ferrari es que el mundial se escapa. Fernando Alonso parece el único convencido aún. "Yo sí pienso que aún puedo ganar el Mundial", insiste. Le separan 41 puntos del líder. Es un primer y un segundo puesto con la puntuación actual, 18 de los antiguos puntos. Pero el español es cuarto y necesita que fallen Hamilton, Webber, Button y Vettel. "La situación es ahora ciertamente muy difícil", confirma el jefe de la Scuderia .

Todo habría sido distinto de continuar en Spa la remontada iniciada en Alemania y Hungría, de donde salió a solo 14 puntos de Hamilton, pero el fin de semana se torció con un error de estrategia en la crono que le colocó décimo, en mitad de la parrilla, donde se concentran los incidentes en la primeras vueltas.

Obligado a arriesgar

Salió bien Alonso, adelantó a los dos Williams en los primeros giros, pero todo se derrumbó en la frenada de la Parada del Autobús durante la primera vuelta. "Estaba pendiente de tapar el interior a Nico, y cuando frené, perdí el control sobre el agua y choqué contra Fernando", se disculpó Barrichello (mala celebración de su gran premio 300) tras golpear con fuerza el Ferrari del bicampeón. "El coche quedó dañado, se giraba hacia la izquierda en las rectas --se lamentó el asturiano--. Si no me hubiera embestido, habría acabado tercero. Ni siquiera hubiera entrado en box ".

Tras el fuerte golpe que dejó el Williams de Barrichello inutilizado (tuvo que entrar el coche de seguridad), Alonso fue al box para chequear los daños. De paso, le montaron goma mixta. Dos giros después, debió cambiar de nuevo a lisos: dos paradas extra. "Regresé a pista último, a 20 segundos del penúltimo. Solo me quedaba arriesgar".

Y arriesgó, corrió todo lo que pudo hasta ponerse octavo. Los Mercedes aún debían parar y "contaba con llegar hasta el sexto lugar". Pero Ross Brawn mantuvo a Schumacher y Rosberg todo lo que pudo en pista para hacer coincidir su parada con la lluvia prevista en la parte final de la carrera. Todos entraron a colocar neumático mixto a falta de nueve vueltas. "Así que seguía octavo. Tenía que arriesgar aún más porque esos puntos no eran representativos". Y se salió "al pisar el piano" en la curva de Rivage.

El varapalo deja sus opciones al título muy tocadas. "Hablábamos de un esprint final de siete carreras, y nunca es bueno abandonar en una". Pero Alonso no se viene abajo: "Esta vez me ha tocado a mí, a Vettel, a Button, y en algunas de las que quedan le puede tocar de nuevo a Hamilton o Webber".

Para Alonso lo que resta "es un campeonato de siete carreras. Es mejor no abandonar en ninguna". Para el asturiano es "perfectamente posible" que fallen sus rivales, "porque de una carrera a otra puede pasar de todo". "Primero nos pasó a nosotros en Alemania y en Hungría recuperando 27 puntos en dos carreras. Ahora hemos perdido 25 en una y cada fin de semana puede pasar así: subir y bajar en posiciones y puntos en el campeonato y después de lo perdido no nos queda otra que subir en la próximas carreras", dijo.

Del incidente que tuvo en la calle de boxes cuando casi colisiona con Vettel tras montar neumáticos de lluvia, dijo que "cuando se puso verde el semáforo había espacio de sobra para salir, pero las ruedas patinaron y por eso se acercó tanto", concluyó el asturiano.