Albert Costa asegura que lo tiene todo controlado para la final de la Copa Davis. El capitán español ha previsto todas las posibles opciones que puedan producirse, junto a Francis Roig (entrenador), aunque, como es natural, no quiso desvelar nada. "Me perdonaréis, pero eso queda para el equipo", dijo en la rueda de prensa oficial que ayer ofrecieron España y la República Checa.

Y la primera variación será que David Ferrer juegue el viernes en lugar de Fernando Verdasco, aunque esa decisión se tomará mañana, a la vista de las pruebas médicas que se le practiquen al tenista madrileño, que arrastra problemas musculares en la pierna derecha. "Voy a más y no tengo dolor, pero hay que esperar", decía con rostro serio Verdasco, que dedicó la sesión a la preparación del doble junto a Feliciano López. Un punto que preocupa a Costa y el único en el que todo el equipo, incluidos Feliciano López y Verdasco (que son los que probablemente lo jugarán), se sienten inferiores. "Sinceramente, este doble lo veo bastante dificil de ganar", admitía el tenista toledano.

LOS ANIMOS DE NADAL Costa quitó importancia al momento del equipo. "Llegan un pelín cansados pero bien para ser final de temporada, preparados para jugar cinco partidos que serán a cara de perro", valoró. A su lado, con una gorra calada hasta las cejas, Rafael Nadal también se mostró tranquilo. "Estos días son para trabajar, adaptarse a la tierra y buscar las mejores sensaciones", dijo. El líder del equipo negó tener ningún problema ni estar anímicamente tocado. "Mejor habría sido volver de Londres con algún partido ganado, pero me siento bien y feliz de volver a estar aquí para intentar que la Copa Davis se quede. Los ánimos malos los puedo tener el lunes, pero no ahora", comentó.

Nadal fue el abanderado del equipo español en la final del Sant Jordi de hace nueve años. "Viví una experiencia única, por primera vez junto a profesionales como Ferrero, que aún está aquí", dijo, mientras Costa le recordaba que él también estaba.

Los recuerdos también fluyeron en las declaraciones del equipo checo. La única vez que conquistaron la ensaladera se remonta a 1980, cuando aún no se habían separado de Eslovaquia y ganaron a Italia (4-1) con un equipo formado por Jan Kodes, Tomas Smid, Pavel Slozil y un jovencito llamado Ivan Lendl. "Hace 29 años que no jugamos una final y ahora tenemos la oportunidad de pasar a la historia", admitió Jaroslav Navratil, capitán checo.