Los españoles Juan Carlos Ferrero y Albert Costa repiten hoy un enfrentamiento en Roland Garros que a ambos les depara recuerdos diferentes.

Si para el ilerdense aquel duelo significó una gran alegría y el primer título del Grand Slam de su carrera, para el de Onteniente fue uno de sus días más amargo, pues después de superar una lesión en el tobillo que le martirizó durante las dos semanas, tuvo que hacer frente a unos problemas musculares en los abdominales que apenas le permitieron servir como acostumbra.

Un año después los dos llegan de nuevo a las instancias finales de Roland Garros. Lo hacen sin lesiones, limpios y con gran moral, aunque el defensor ha tenido que apelar a su espíritu de campeón para salvarse del precipicio y luchar hasta el límite, convirtiendo cada duelo en un maratón para ser el primer jugador que gana en este torneo cuatro partidos habiendo perdido en ambos las dos primeras mangas.

Para Ferrero el camino ha sido más tranquilo. Solo en el encuentro de cuartos contra mano de piedra Fernando González tuvo que sufrir. Allí necesitó seis bolas de partido para doblegar al chileno, pero ahora se encuentra con la moral por las nubes al haber igualado con los suecos Bjorn Borg y Mats Wilander, y con el americano Jim Courier y el español Manuel Santana, como únicos jugadores que se han clasificado cuatro años seguidos para las semifinales.

TRAYECTORIA DE FERRERO

Si el balance de victorias en tierra esta temporada de Costa es sólo de 12-5 (245-108 en su carrera) el de Ferrero en cambio asusta con 26-2 (119-27). El ilerdense no ha ganado un sólo título este año, y su mejor actuación, curiosamente, han sido las semifinales de Cayo Vizcaíno (pista dura) contra Andre Agassi.

Ferrero en cambio ha sido finalista en Sydney, cuarto finalista en el Abierto de Australia y Rotterdam, y ha completado una gran actuación en tierra con victoria en el Masters Series de Montecarlo, semifinales en Barcelona y triunfo en Valencia.

El público parisiense gritó, alentó y llevó en volandas a la belga Justine Henin a la victoria sobre la estadounidense Serena Williams, defensora del título e invicta en los últimos cuatro Grand Slams, para alcanzar por primera vez la final de Roland Garros.

Henin derrotó a la número uno del mundo por 6-2, 4-6 y 7-5 en dos horas y 20 minutos de lucha, y habrá final belga en París por primera vez en la historia, pues Kim Clijsters cumplió con el guión y venció a la rusa Nadia Petrova por 7-5 y 6-1 en 70 minutos.

Serena vio su gran racha en el Gran Slam destruida por la habilidad de Henin, quizás una de las jugadoras con más técnica del circuito, que ya fue finalista en Wimbledon en el 2001, y que hoy, en los momentos en los que parecía dudar cuando tenía la victoria más cerca, recibió un soplo de ayuda desde la tribuna. "Tu eres muy fuerte", le gritó su entrenador, el argentino Ricardo Rodríguez, y ella vio la respuesta.

La menor de las Williams no perdía un partido en el Grand Slam desde la final del Abierto de Estados Unidos del 2001, cuando su hermana Venus la venció por 6-2 y 6-4 en Nueva York. De todos modos, seguirá mantenendo el número uno mundial.