Juan Carlos Ferrero no quiso sorpresas, jugó con la serenidad y fuerza de un campeón y revalidó el título en el torneo de Montecarlo, dotado con 2,45 millones de dólares en premios, al derrotar ayer en la final al argentino Guillermo Coria.

Ferrero, primer cabeza de serie, batió a Coria, verdugo de Carlos Moyá en semifinales, por 6-2 y 6-2 en una hora y 15 minutos de juego para conseguir su tercer título Masters Series (Roma fue el primero en 2001), octavo en su palmarés y situarse tercero del mundo.

Nadie, desde el austriaco Thomas Muster en (1995-1996) había ganado el título en el Principado dos años seguidos. Pero las estadísticas de Ferrero en Montecarlo se convierten ya en un reto para las próximas temporadas. Ha ganado 12 partidos consecutivos en tierras monegascas, cediendo únicamente 29 sets, y parece jugar en la pista central como si fuera la de su propia casa.

Este es el octavo título de Juan Carlos Ferrero en la ATP y el primero en 2003, ya que no ganaba una final desde la de Hong Kong del año pasado.

A pesar de que el partido se saldó con ocho rupturas (Ferrero quebró en seis ocasiones el saque del argentino), el español dominó el encuentro, acordado al mejor de tres sets debido al mal tiempo, con absoluta claridad. El ambiente, húmedo, hizo que las bolas estuviesen mucho más pesadas, y esto favoreció al valenciano, que gracias a su mejor brazo llevó siempre la dirección del choque.