La fe que demostró Juan Carlos Ferrero le impulsó hacia la remontada en el duelo contra el alemán Phillip Pezschner (1-6, 3-6, 6-4, 6-2 y 6-4), que le situó en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, una barrera que el español no había podido superar desde que fue finalista hace seis años. Contemplado por el capitán del equipo español de Copa Davis, que el próximo martes tiene previsto anunciar el cuarteto que se enfrentará a Israel en las semifinales de Murcia, el tenista de Onteniente, que puede estar entre los elegidos, efectuó un gasto extra para sacar adelante un compromiso torcido en las dos mangas iniciales.

El mal juego de Ferrero y el impulso del germano le situaron contra las cuerdas. También en el quinto parcial. En el que, después del esfuerzo, el español se encontró con 4-1 en contra. Logró cinco juegos consecutivos y se apuntó el triunfo. En dieciseisavos de final le espera el ganador del partido entre el francés Gilles Simon, noveno favorito, y el brasileño Thomaz Bellucci.

Es este un año de resurrección para el español. De resurgimiento. Ferrero, que en abril era el 115 del mundo, su peor situación en diez años, se ha situado en el puesto veinticinco. Logró, además, el título en el torneo de Casablanca, el primero en seis temporadas.