Cacereño: Roberto, Lolo, Marcos, Pulido, Javi Núñez, Jabuto, Emilio Rosa (min. 77, Avila), Copito, Villacampa (min. 64, Javi Méndez), Fabiani y Ramiro.

Monesterio: Marcos, Aranda, Marín, Capella, Gabi, Ismael, Sosa, Mechi, Mondaca, Pitu (min. 62, Pajarito) y Figueras (min. 73, Caliche).

Goles: 0-1, min. 15: Pitu. 0-2, min. 27: Pitu. 0-3, min. 49: Mondaca.

Arbitro: De Arriba Clemente (1). Anuló dos goles al Monesterio por fuera de juego, aunque uno no lo pareció desde la grada. Mostró cartulina amarilla a los locales Jabuto, Ramiro y Javi Méndez y a los visitantes Capella y Gabi.

Incidencias: 200 espectadores en el estadio Príncipe Felipe. Tarde soleada, aunque de temperatura fresca. Terreno de juego en regulares condiciones.

El Monesterio endosó ayer una sonrojante derrota al Cacereño y logró hacer historia en el Príncipe Felipe con Pitu como figura. Lo peor de la derrota es que ya no es un hecho aislado sino que el discurso victimista convive con el club verde en los últimos tiempos. El de ayer fue un episodio más de la falta de proyecto de la entidad cacereña, que arrastra desde la pasada temporada su escudo por la geografía extremeña. Hasta el propio técnico, Miguel Angel Mateos, lo dice con claridad: "son otros tiempos y tenemos que mentalizarnos de lo que hay y debemos apoyarlo sea bueno o malo".

El partido no tuvo historia. Sólo al comienzo el Cacereño dio sensación de ser mejor que su rival, pero se estrelló en sus propias miserias --falta de acierto en la finalización-- para desaprovechar lo único bueno que creó y que salió de las botas de Emilio Rosa, aún falto de continuidad, y de Copito, los más activos.

Pero al cuarto de hora emergió Pitu, un futbolista que militó en el Mérida, para marcar dos goles de bella factura y mostrar pinceladas de calidad en dos asistencias de gol, una de ellas mal anulada por De Arriba Clemente a instancias de su asistente.

Con el marcador siempre en contra y ante un rival ordenado y con mucha motivación, el equipo de Mateos se mostró inoperante y sin ideas. Javi Méndez tuvo algunos minutos y estrelló un balón en el larguero en la única oportunidad local del segundo tiempo. En definitiva, otro fiasco del Cacereño en casa y negativa imagen. Hasta el público se mofó de los suyos al grito de "campeones, campeones". De risa.