Rafa Nadal no podrá jugar su primera final del Abierto de Estados Unidos tras perder ante Andy Murray por 6-2, 7-6 (5), 4-6 y 6-4, en tres horas y treinta minutos de un partido que se reanudó el domingo tras ser suspendido el sábado debido a la lluvia.

Nadal, que comenzó el encuentro con dos sets abajo, consiguió hacer valer el break que traía de la jornada del sábado y forzó el cuarto set, en el que llegó a ponerse por delante con una rotura de servicio, pero el escocés, con un gran tenis y variando mucho el juego al español, consiguió darle la vuelta a la situación y apuntarse la cuarta manga 6-4.

El español se presentó en Nueva York con un registro de 54 victorias en los últimos 56 partidos disputados, lo que le ha permitido ganar Roland Garros, Wimbledon, Queen´s, Masters de Toronto y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Precisamente el hecho de haber disputado tantos encuentros parece haber pasado factura al español, al que en esta segunda semana del torneo no se le vio nada fresco físicamente ni con la chispa que caracteriza su tenis, sobretodo en las grandes citas.

Desde los primeros puntos del partido ya se pudo ver que Nadal no estaba tan cómodo sobre la pista como Murray. El escocés encontró un gran aliado en su servicio y no concedió ni una sola bola de break al español. Además, Nadal falló más golpes de los habituales, mientras que su rival estaba muy suelto ya hacía mucho daño con su derecha plana.

Una rotura sobre el servicio de Nadal comenzó a inclinar el partido a favor de Murray, que con un gran tenis volvería a apuntarse una rotura de servicio en el séptimo juego para cerrar la primera manga con un claro 6-2 en 34 minutos de juego.

Murray seguía jugando a placer, variando mucho su juego y alternando las subidas a la red con un efectivo tenis desde el fondo de la pista, mientras que Nadal vivía un verdadero suplicio cada vez que sacaba, ya que el escocés tuvo puntos de rotura en casi todos los juegos.

Nadal mejoró sensaciones en el desempate pero hasta la fortuna se alió con el británico, cuando con 5-5 y un segundo servicio de Murray, el resto del número uno dio en la cinta y cayó en su pista. Un punto decisivo.

MEJORA El comienzo de la tercera manga fue un rayo de esperanza para Nadal, que por fin dispuso de una bola para romper el servicio que aprovechó para tomar la iniciativa, hasta que con 3-2 a su favor el partido tuvo que ser suspendido por la lluvia.

En la reanudación 26 horas después, el español consiguió mantener su servicio y forzar la cuarta manga, en la que tras un segundo juego con su servicio en la que llegó a salvar siete bolas de ´break´ consiguió en el siguiente romper el saque del escocés.

El milagro parecía comenzar a tomar forma, pero al mallorquín se le veía cansado sobre la pista, tanto física como mentalmente, y en cuanto Murray apretó, el escocés le dio la vuelta a la situación con un juego muy inteligente, desgastando al español, con peloteos largos y mucha variación de altura en sus golpes.

Con esta victoria, Murray alcanza por primera vez en su carrera la final de un Grand Slam, en la que se medirá a Federer.