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El Espanyol y el Osasuna, con marcadores favorables después del partido de ida, cercan la corona europea del Sevilla, amarrado a su condición de campeón a pesar de tener que afrontar el encuentro de vuelta de semifinales con un marcador adverso después de su derrota en el Reyno de Navarra (1-0).

La Copa de la UEFA advierte un nuevo campeón español. Por primera vez en la historia de la competición, el título será puesto en juego en una final entre hispanos. El Werder Bremen es el único foráneo del cuarteto. Y salió malparado hace una semana de su visita al estadio de Montjuich, de donde salió derrotado por 3-0.

Sin embargo, el Espanyol ha viajado a Bremen plagado de precauciones (20.45, Canal Plus). Tiene en la mano la posibilidad de rememorar un momento histórico. Uno de los más grandes en su limitada leyenda continental. La final de la Copa de la UEFA de 1988, cuando perdió por penaltis frente al Bayer Leverkusen. El equipo entonces dirigido por Javier Clemente y con el actual preparador, Ernesto Valverde, entre los titulares, desperdició la misma renta con la que acude a Alemania. Ganó por 3-0 en Sarriá pero perdió por idéntico resultado en la vuelta.

Cerca de mil seguidores acompañarán al Espanyol a Bremen, de la que esperan sea una estación de paso hacia Glasgow para el 16 de mayo después. Iván de la Peña y Jonatas Domingos no jugarán debido a sus molestias físicas.

Mientras tanto, el Sevilla debe remontar y se ampara en el regreso de Frederick Kanouté, que liderará la línea de ataque en un once que se presume de gala (20.45 horas, Antena 3).

El técnico rojillo Jose Angel Ziganda cuenta con toda la plantilla a excepción del sancionado Roberto Soldado, autor del tanto obtenido por su equipo en el encuentro de ida.