El Ministerio Fiscal considera que el expresidente del Cacereño, Angel Carrasco, no ha cometido un delito de estafa procesal ni ha engañado a juez alguno. Carrasco fue juzgado ayer por esta causa en la Audiencia de Salamanca, acusado por el actual dirigente verde, Félix Campo.

"Nunca en mi vida he sido un ladrón", dijo Carrasco tras declarar, justo lo contrario a lo que considera la parte demandante, que solicita para él tres años de prisión y una multa de nueve meses a razón de 50 euros por día, además de una indemnización por responsabilidad civil de 60.000 euros en concepto de daños y perjuicios.

En la vista, que se desarrolló durante aproximadamente dos horas, declararon, como testigos, alrededor de diez personas relacionadas con el Cacereño cuando se produjo el traspaso de poderes, hace casi cinco años. Entre otros, además de los protagonistas directos del proceso, estuvieron los exdirectivos Germán Castro, Inmaculada Cordero, José Luis Casares (exgerente), Manuel Blázquez y hombres como Rafael Rincón Rus. También intervino Luis Ramajo, único superviviente de las dos etapas.

"A mis 73 años, yo puedo ser arisco, pero ladrón nunca; y eso es lo que he hecho: defenderme diciendo que no soy ningún estafador", insistió Carrasco en declaraciones a este diario minutos después de terminar el juicio, que quedó visto para sentencia.

Mientras tanto, Basilio Hermoso, letrado de Campo, indicó que el expresidente "sabe que no ha sido leal" y que ha tratado "de engañar al juez". El actual presidente del Cacereño reclama a Carrasco una cantidad de aproximadamente 2,3 millones de euros, que es lo que ha reflejado la auditoría encargada por el propio Félix Campo.

OCULTACION El expresidente sigue insistiendo en que Carrasco ocultó información sobre las cuentas del club, en tanto que éste recuerda que ya ha ganado tres juicios anteriores y que la razón le asiste.

La fiscal del caso ha pedido la absolución del demandado y ambas partes confían en que sus tesis salgan adelante. Especialmente satisfecho se mostraba Carrasco. "Sí, salimos contentos, luego el juez dirá", matizó con su particular estilo.

Mientras tanto, Campo espera la sentencia para tomar una decisión definitiva sobre alguno de los aspectos relacionados con el futuro del club. El empresario salmantino sigue teniendo la opción de negociar la venta de la entidad, pese a que él lo niegue de forma tajante.