"Que Ferrari haya ganado es el mejor resultado". La frase no es de Kimi Raikkonen, ni Felipe Massa, ni Jean Todt, ni de ningún italiano, brasileño o finlandés tras el doblete de los coches de Maranello en el GP de Francia. Es de un piloto de McLaren, el gran rival. Es de Fernando Alonso. Así andan las cosas. El asturiano ve cómo Lewis Hamilton le ha ampliado su ventaja a 14 puntos, pero sabe bien que aún no se ha cumplido el ecuador del campeonato y que la ofensiva de Ferrari juega a su favor en un enrarecido ambiente.

El bicampeón del mundo le ha insistido una y otra vez a Ron Dennis que las luchas internas entre él y Hamilton les restarán opciones de atrapar los dos títulos.

Y cree que el resultado de ayer le da la razón. Hamilton ha aumentado su ventaja al frente del Mundial, pero solo sobre Alonso.

Los Ferrari recortan distancias y, tras lo visto en Magny Cours, pueden seguir haciéndolo en los próximos circuitos, trazados rápidos donde el chasis seis centímetros más largo --un hándicap en los últimos circuitos, Mónaco, Montreal y el infield de Indy-- les da ventaja, como sucedió en las primeras carreras de la temporada. "En Silverstone seguiremos siendo competitivos. Siempre he dicho que aún seguíamos en la lucha", proclamó Raikkonen.

Incapaz de mejorar

No solo se trata del primer doblete rojo de la temporada, sino que Lewis Hamilton se quedó a más de medio minuto de los coches italianos, la mayor diferencia del año.

Las circunstancias hay que buscarlas, no solamente en el chasis, el nuevo reparto de pesos o los apéndices aerodinámicos del F2007, también en el seno de McLaren.

Alonso no pudo completar la puesta a punto del MP4/22 tras perderse la última sesión por un problema en los frenos, y el principal damnificado fue su compañero de escudería.

Hamilton es endiabladamente rápido, un malabarista, consistente, y muchos adjetivos más, pero sin la capacidad de Alonso para mejorar el coche.

Con mucha menos gasolina que los Ferrari, Hamilton no pudo lograr la pole. Un error en la curva siete le dejó sin opciones. Y con una estrategia a tres paradas, una más que el resto, el inglés solo tenía una posibilidad si salía desde la pole o adelantaba a Raikkonen y Massa en la pista. Pero ni se acercó. Ni el McLaren iba bien, ni Hamilton estuvo acertado en la crono, ni la estrategia pareció la más adecuada.

Pero Alonso ha pasado a otra situación, a verlas venir. Si no le quieren de líder del equipo, no será líder, pero en todo. Nada de discutir con los ingenieros, de pelear con Dennis; ahora ver, oír y callar: "Yo piloto, las estrategias las hace el equipo".

Hamilton empieza a no entender nada. "No tengo una explicación, pero no pude hacer nada para evitar que Raikkonen me adelantara en la salida". Tampoco encuentra argumentos para sus tres paradas en boxes: "Parece que Ferrari tenía mejor estrategia". Pero él, a lo suyo. "He logrado unos puntos muy valiosos".

Disculpas

Ron Dennis pidió perdón a Alonso el sábado por los fallos mecánicos y ayer destacó que el asturiano "fue el gran protagonista de la carrera", pero el distanciamiento entre ambos es total. El inglés siguió a escondidas las declaraciones de Alonso a la prensa inglesa y comprobó que Alonso espera que los problemas mecánicos alcancen a su compañero.

"El que va primero no dijo ni su nombre ha hecho un tercero, ha acabado ocho carreras, ocho de ocho. Cuando a él se le rompa el cambio, o le salga un safety car o algo, será el día en que le recupere más puntos", dijo Alonso, que lució un brazalete negro por la muerte de Emmanuel Longobardi, mánager de Quick Silver --patrocinador personal-- y una de las víctimas mortales del accidente de helicóptero del sábado en Magny Cours.