José Fouto Carvajal, expresidente del extinto Mérida SAD, está ingresado en un hospital público de Córdoba, custodiado por dos policías que tienen orden de detención y traslado a la prisión de Badajoz del exdirigente deportivo extremeño. Mientras tanto, Manuel Molina, exgerente de la sociedad anónima, y José María Vivas, que fuera responsable de contabilidad, ya han ingresado voluntariamente en el penal pacense. Esta era la situación, a última hora de la noche de ayer, en la que se encontraban los tres condenados a tres años de prisión por un delito de fraude fiscal, según sentencia firme dictada por el juzgado número 1 de lo penal en Mérida.

Vivas ingresó de motu propio en el penal pacense en la noche del pasado martes. Molina lo hizo al mediodía de ayer, pese a que, como Fouto, tienen presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional para anular la ejecución de la sentencia condenatoria.

Sin embargo, la jueza de lo penal de Mérida, María Isabel Bzrpski, ha considerado que los tres deben cumplir la pena sin esperar a lo que dicte el alto tribunal, algo con lo que no están de acuerdo los letrados, que durante los últimos días han intentado revertir la situación.

POR EL MEDICO Pero el caso de Fouto ha vivido varios acontecimientos puntuales que han hecho que el expresidente del Mérida se encuentre en estos momentos en un hospital público cordobés custodiado por dos policías, que no condujeron al histórico presidente al penal pacense por la intermediación del médico que le ha atendido en los tres últimos días, según aseguró anoche a este diario el hijo del expresidente y aún presidente de la gestora del Mérida UD, José Fouto Galván.

El hijo del exdirigente relató ayer que su padre se encontraba "de negocios" en la ciudad andaluza desde el pasado lunes. "Tuvo un problema derivado de su cáncer de colon y quedó ingresado en el centro hospitalario para recuperarse. Hoy (por ayer) se iba a dar el tratamiento de quimioterapia allí, y no en Mérida, precisamente por ese problema puntual que le había surgido".

Todo ello le fue comunicado a la jueza por el propio Fouto Galván en la mañana del martes "por mi doble condición de abogado e hijo. Al final lo hice por escrito, pero ella, que conoce por los informes médicos que le tocaba ir al hospital de Mérida a darse el tratamiento, mandó a los policías primero allí y después a Córdoba".

El hijo de Fouto sigue relatando: "Los policías fueron allí con la orden de traerlo a la prisión de Badajoz, pero el médico les dijo que él, por su situación, no podía salir de allí. Está en el final del tratamiento y tiene que permanecer en Córdoba al menos 4-5 días".

´MUERTO EN VIDA´ Todo ello le hace asegurar que "a mi padre lo están matando en vida, porque precisamente, y para esta enfermedad y todo lo que le están haciendo, situaciones con estrés y demás le están causando un daño irreparable. Su recuperación depende mucho de ese estrés y de lo psicológico y eso en estos momentos no lo tiene".

Según Fouto Galván, a su padre se le están conculcando uno de los derechos fundamentales, "que es el derecho a la vida". El dice que espera que, finalmente, se haga justicia. "Necesita un reposo absoluto y esto le está matando y así lo dicen todos los informes médicos", insiste, para asegurar después que no entiende la postura de la jueza.

Además, aduce el hijo del expresidente que en este caso, dada la situación jurídica de los condenados y sin contar con los recursos de suspensión de sentencia pendientes todavía en el Constitucional, procede que las penas sean, al menos, sustituidas por "arrestos domiliarios".

Fouto fue presidente del Mérida en su época de esplendor futbolístico en Primera División.