Vaya chasco. De un podio a la vista, a un octavo puesto. De la puerta para luchar por el cajón en la segunda parte de la temporada a la confirmación de continuar peleando por entrar en los puntos. Fernando Alonso abandonó el circuito de Magny-Cours "decepcionado" porque las expectativas de su segunda línea en la parrilla se diluyeron con una "mala" salida y en una carrera en la que "los neumáticos no funcionaron" como esperaban. Jarno Trulli ocupó el tercer lugar al que aspiraba el bicampeón tras el doblete de Ferrari. Kimi Raikkonen sufrió un problema en el escape y Felipe Massa lo aprovechó para ganar y situarse líder del Mundial por primera vez en su carrera, 15 años después de que otro brasileño, Ayrton Senna, ocupara por última vez esa posición.

Empezó mal y acabó peor. "No encontré el mejor mapa del motor para la salida y arranqué mal", desveló Alonso, que se vio superado por el Toyota de Trulli y el BMW de Robert Kubica, aunque pudo enmendar parte de su error en la selección de la cartografía de la inyección --eligió una demasiado agresiva para inquietar a los Ferrari-- al rebasar de nuevo al polaco en la segunda vuelta.

ESTRATEGIA EQUIVOCADA Tan decepcionante como la salida resultó el final, la penúltima vuelta, cuando fue rebasado por su compañero Nelsinho Piquet. El hijo del tricampeón arrancó noveno en la parrilla, cinco puestos más atrás que el asturiano, y supo mantener a raya a Lewis Hamilton durante 10 vueltas. "Iba a doblar a un Force India Giancarlo Fisichella por fuera, pero él no me vio y se echó hacia fuera, así que tuve que frenar demasiado y Nelson lo aprovechó", relató Alonso antes de quitarle importancia a la maniobra: "Un punto no me cambia la vida".

¿Cuándo le recuperó cinco puestos Piquet? ¿En qué momento le rebasó Kovalainen, Kubica y Webber En las dos paradas en los boxes, demasiado adelantadas. Alonso fue el primero en detenerse (vuelta 15), mientras que Kubica (20), Webber (23), Kovalainen y Piquet (24) lo hicieron mucho después. Nueve giros separaron a Alonso de su compañero, y la distancia se mantuvo en la segunda parada.

A primera vista, la del español pareció una estrategia suicida encaminada a buscar la pole en Francia, la casa de Renault, como fuese, aunque el piloto lo descartó. "Había que tener el ritmo de carrera e ir rápido para acertar con la estrategia que llevábamos de salir muy descargados. Iba muy lento, y entonces la estrategia no funcionó. Eramos un segundo más lentos que nuestros rivales", dijo.

DEMASIADO SUBVIRAJE La diferencia radica en el comportamiento del coche. "Demasiado subviraje" se quejaba una y otra vez por radio. "El coche no iba igual que ayer, quizá porque la temperatura era más baja y por eso nunca tuvimos buen ritmo".

La suerte resultó de nuevo esquiva para el asturiano, mientras que la ruleta de la fortuna que este año hace girar a la F-1 se paró en la casilla de Ferrari. Ni el desprendimiento de un escape fundido por el exceso de calor en el coche de Raikkonen impidió el doblete rojo. La avería llegó a media carrera, pero la diferencia del finlandés con el tercero, Trulli, era de 30 segundos. Al principio perdía un segundo y medio por giro con el italiano y su posición corría riesgo, pero acabó rebajando a menos de un segundo la diferencia por vuelta. Massa heredó el liderato de la carrera y celebró un triunfo que coloca líder del Mundial.

El dominio rojo se basó en unos buenos reglajes a pesar del tiempo cambiante --llegaron a caer algunas gotas-- y, sobre todo, en el descalabro de los principales rivales.

En McLaren, Hamilton fue castigado con un paso por boxes por adelantar a Sebastian Vettel sirviéndose de una atajo por la chicane, lo que arruinó la remontada del inglés. Puede que, de no buscar beneficios ilegales, hubiera llegado a espaldas de su compañero Heikki Kovalainen, cuarto al final de una carrera en la que en las últimas vueltas no pudo con Jarno Trulli.