Tiemblan los cimientos del Extremadura UD después de la escandalosa goleada sufrida en el Estadio Romano ante el Mérida (5-1) que ha relegado al conjunto azulgrana al último puesto de la clasificación en el grupo IV. El presidente del club, Manuel Franganillo, amaga con tomar la puerta de salida y no volver. La humillación sufrida el domingo ha encendido la luz de alerta máxima en el seno de la entidad y ha rebasado la paciencia de su máximo mandatario, cansado de las críticas y tremendamente decepcionado con la actitud del plantel sobre el terreno de juego. Franganillo, que por cuestiones laborales estará fuera de tierras extremeñas toda la semana, ha dicho que se lo va a pensar, aunque tras el partido su intención directa era la de irse.

Lejos de revertir la dinámica, el Extremadura ha ido a peor tras el cambio de entrenador. La afición ha explotado contra la figura de Juan Marrero, director general del club, al que responsabiliza de la actual situación llegando a pedir varias veces su dimisión. La última vez fue el domingo, en el Romano, donde entonó de nuevo el «Marrero vete ya». A Franganillo le duele esta situación, ya que al margen de lo deportivo, le une una gran amistad con Marrero y está sufriendo ante esta tesitura. Eso, unido a los resultados, está provocando que el problema deportivo rebase al campo institucional.

La gota que colmó el vaso de la paciencia fue la goleada sufrida en Mérida, con un equipo desdibujado, inerte y, en varias fases del juego, carente de actitud. Ayer, la plantilla reconoció esta pobre imagen con un comunicado que el capitán Carlos Saavedra, en nombre de todo el equipo, colgaba en sus perfiles sociales: «Pedimos perdón por la imagen mostrada en Mérida y los otros partidos. No es digna de esta afición ni de este club. Lo sabemos y vamos a dar el 200% para sacar esta situación adelante». En el escrito, el plantel también quiso mostrar su apoyo a Franganillo y Marrero. Del presidente, dice textualmente el comunicado que «sin él nunca se hubiera podido iniciar un proyecto en Segunda División B».

Fue curioso que, tras el partido, ningún jugador del equipo pidiera disculpas por la imagen mostrada y, por eso, Saavedra tomó ayer el peso de la responsabilidad. En declaraciones a Radiogolex dijo que «hay que hacer autocrítica. Dejarnos de gilipolleces y competir de verdad. En el campo. Y no es hablar solo, sino actuar».

El portero azulgrana es consciente de que «la afición lleva razón. Es una afición educada porque ha vivido fútbol de otras categorías». También es consciente de que la crítica a Marrero es una crítica indirecta a los jugadores: «Cuando se critica al que hace la plantilla, en realidad también se focaliza a los futbolistas, aunque no nos nombre ni nos señalen con el dedo. Tenemos que asumirlo y reaccionar ya».

De Franganillo asegura que «es un valor muy importante y da el cien por cien para que el club vaya bien. Quienes estamos fallando somos nosotros», especifica.

El capitán del Extremadura tiene claro que la solución para solventar los problemas está en manos de la plantilla: «Nos hemos mirado todos a la carita y nos hemos pedido una reacción urgente. Este sábado ante el Lorca. No podemos esperar más ni permitir una imagen como la que ofrecimos en Mérida. No puede volver a ocurrir», sentencia.