El mundo se le viene encima. Es curioso, pero con el coche más rápido, los dos mejores pilotos de la parrilla de F-1, grandes patrocinadores y líder de los campeonatos de constructores y pilotos, el británico Ron Dennis pasa por su peor momento. Todo lo que odia, muchas de las cosas que detesta, le están llegando por ración doble.

Dennis, tan altivo, tan místico, tan seguro de haber creado su universo perfecto, se retuerce de rabia al verse obligado a exteriorizar sus sentimientos, revelar las interioridades del equipo, mostrarse incapaz de gobernar su casa, ser humillado por sus empleados y ser acusado de espía y tramposo.

"Estoy agotado y desconcertado". Nunca antes Dennis había pronunciado una frase así. Tampoco nunca antes uno de sus pilotos le había despreciado en público mientras la autoridad le rogaba que resolviera sus problemas "en la intimidad". Hasta ahora, Dennis tenía donde aferrarse: su protegido lideraba el Mundial de F-1. Ahora lo sigue liderando, pero con trampas. La segunda semana de septiembre, el Comité de Apelación dictaminará si McLaren utilizó la información que su diseñador jefe, Mike Coughlan, recibió del ingeniero de Ferrari, Nigel Stepney. Max Mosley, ninguneado por Dennis, fue quien convocó esta apelación después de que McLaren se librase de la sanción. La tradicional lucha entre McLaren y Ferrari en la pista se ha llevado a la FIA y a los tribunales y ha acabado en graves acusaciones personales. Dennis, todo un señor, metido en un lío,

ALONSO MEDITA Nadie resta un ápice de genialidad a Lewis Hamilton, la auténtica revelación del nuevo siglo. Pero, visto lo visto y, sobre todo, comprobado hasta dónde está dispuesto a llegar Ron Dennis para convertirlo, cuanto antes, en el nuevo campeón del mundo, es lógico que Alonso insinuase el domingo que podría no cumplir su contrato de tres años con McLaren.

Alonso, el único campeón del mundo de la parrilla, el piloto que permitió salir de la ruina deportiva a McLaren (los británicos llevaban más de un año sin ganar), ha decidido poner a prueba a Dennis y le exige trato preferencial, el que merece el vigente bicampeón, especialmente a la hora de escoger la estrategia del sábado y el domingo.

Dennis no solo favoreció a Hamilton en algunas decisiones tácticas, sino que, animados por la relación de Dennis con Hamilton y la nacionalidad inglesa del novato, los miembros del equipo se volcaron con el inglés. "Hamilton tiene un grave problema: ya no se habla con nadie del equipo", dijo en Budapest Alonso, cuya imagen salió reforzada tras mostrarse exquisito.

LA PRENSA q Más que buscar culpables, la prensa inglesa incide en el caos de McLaren. The Guardian reproduce la bronca entre Lewis Hamilton ("No me vuelvas a hacer eso en tu puta vida") y Ron Dennis ("No me hables así en tu puta vida") por la radio. Los rotativos cuentan que Hamilton se saltó las órdenes de equipo, pero valoran más grave la acción de Alonso en el pit lane . Los diarios sensacionalistas sacan más jugo en sus titulares. Es la guerra, dice el Daily Express. The Sun toma partido y titula: Lewis: "No me pueden parar" (Y eso te incluye a ti, Alonso).