David Meca no pudo cruzar a nado el escocés lago Ness debido a las bajas temperaturas, que le obligaron a dejar la prueba cuando había recorrido 27,5 kilómetros. El comienzo de la prueba se retrasó casi una hora debido a las condiciones meterológicas. Aun cuando las condiciones no eran las más favorables, Meca decidió realizar el intento en el día programado.

La travesía se había ido desarrollando con normalidad, si bien el nadador se quejaba de dolor en las manos y el rostro, debido al frío.

Al constatar que en la zona central del lago la temperatura de las aguas era de seis grados (ocho en las zonas más próximas a la orilla), después de cinco horas de nado, David comenzaba a sufrir los efectos de la hipotermia, y empezaron a ser patentes los primeros síntomas, como la confusión, la falta de coordinación y la somnolencia.

La salida del agua se produjo después de haber rebasado la zona más difícil, presidida por el famoso Castillo de Urquhart, situado en un promontorio donde converge una zona de fuertes corrientes que debilitaron aún más al nadador. Pese a ello, se quejó de "haber sido obligado" a abandonar por la organización.