Chris Froome aún está falto de rodaje. Es algo que no ha sorprendido a sus rivales en la general. Le faltan todavía kilómetros por lo que parece que sea ahora, ahora o nunca, la ocasión para atacarlo. En la calurosa Alpujarra, ahí donde crecen los chumbos y donde una sombra se paga con dinero, el vencedor del Tour 2015 supo minimizar las pérdidas, sin ponerse nervioso y casi sin la necesidad de la ayuda del Sky. "No ocurre nada. Ha sido un mal día y ha sabido controlar las pérdidas", ha asegurado este viernes su compañero Mikel Nieve en la cima de la Capileira donde ha finalizado la séptima etapa.

El marcaje entre los favoritos se rompió con un ataque final de Fabio Aru, a menos de tres kilómetros para la cima. Más o menos todos sus rivales, encabezados por Alejandro Valverde y Purito Rodríguez, lo tuvieron controlado. Pero el empuje del segundo clasificado del Giro 2015 fue letal para Froome que se distanció aunque sin llegar a perder el contacto visual con el grupo principal de la carrera. Al final, Froome solo cedió 20 segundos en relación a Valverde y Purito, que se convirtieron en 30 sobre el corredor italiano del Astana.

La última etapa que ha terminado en tierras andaluzas (este sábado se llega a Murcia, territorio de Valverde) ha estado marcada por una fuga que llegó a tener más de 10 minutos de ventaja y en la que iba el corredor holandés Bert-Jan Lindeman, vencedor en La Alpujarra. El corredor colombiano Esteban Chaves ha conservado el jersey rojo de líder de la Vuelta.