EXTREMADURA 3: Flavio; Jairo (Pedro José, M. 84), Dani Fragoso, Roberto Rodríguez, Nandi; Lolo, Marco (Pascual, M. 86); Alcázar, Manuel, Raúl García (Zurdo, M. 76) y Pavone.

CACEREÑO 0: Félix Campo; Pedro García, Guy (Marcos, M. 79), Jaime, Caballero; Mauricio; Pablo (Tete, M. 51), Gabi, Cobos, Nico (Villa, M. 59) y Guillén.

GOLES: 1-0 M. 57: Marco. 2-0 M. 65: Pavone. 3-0 M. 81: Nandi.

ARBITRO: Ramón Arias Madrid (Comité Ceutí). Sólo regular (1). Expulsó --roja directa-- a Cobos (68´) y amonestó a Alcázar (70´), Manuel (93´)/Caballero (39´), Jaime (50´) y Villa (90´).

Ganó el fútbol y gracias a un marcador inédito en medio siglo de derbis en el Francisco de la Hera, entre Extremadura y Cacereño y en categoría nacional. Ayer se impuso el fútbol y venció el conjunto que más méritos acumuló y más hizo por el balompié y su tratado. El cuadro almendralejense certificó un rotundo 3-0, amplió a once su racha de partidos sin conocer la derrota y hurgó en la herida de un romo Cacereño que, además, en nada salió beneficiado de los resultados que deparó la jornada en el grupo IV de Segunda B.

Un soberbio golazo de Marco, desde el centro del campo y en el amanecer de la segunda entrega, abrió la lata de un Cacereño que llegó a Almendralejo con demasiadas precauciones, también con notables bajas, para lo mucho que se jugaba. Y llueve sobre mojado como se encargó de precisar el técnico visitante, Ismael Díaz. El tanto del sevillano, impresionante pero rara avis en el balompié de nuestros días, repite la historia de lo acaecido el pasado ejercicio en el mismo cruce.

VASELINA GENIAL Lo que no había conseguido el conjunto local en toda la primera parte, en la que tardó en entrar para luego firmar más de media hora de buen fútbol y un rosario de ocasiones, lo hizo su cerebro nada más aterrizar tras el descanso. Y como quien avisa no es traidor, en un dibujo distinto, el propio Marco intentó sorprender a un permanentemente adelantado Félix Campo en el minuto 8. Pero en aquella ocasión el balón salió por encima de la madera. Tras contestarle Cobos con idéntico fruto (m. 9), vino el recital, o lo que sea, de Manuel. El gallego está gafado y punto. Ni pudo en el uno contra uno con el meta verde (m. 10), ni apuntó bien lanzado por encima del travesaño en una acción diáfana (m. 12), ni pudo evitar la madera estrellando el cuero en el larguero (m. 23). Resignado a su suerte, intentaba batallar para aportar cosas.

REPLIEGUE CACEREÑO La mayor parte del juego se desarrollaba en territorio cacereño. A los visitantes les costaba salir y siquiera traspasar la frontera del mediocampo. El bloque se partía en dos sin mordiente y con demasiadas precauciones. Pero como ni Pavone (m. 28), ni Jairo (m. 40), pudieron evitarlo, logró ganar el vestuario al descanso con su meta inmaculado. El Extremadura, a pesar de todo, no conseguía abrir el pomo y se marchaba con la máxima de que quien perdona lo paga como martirio o castigo añadido. Pero nada más comenzar el segundo tiempo Marco, genial, tropezó con un balón tangencial al semicírculo central y desde allí planteó la parábola para que Félix Campo no pudiese llegar a pesar de su desesperado intento (m. 57). Y cosas del fútbol, sólo siete minutos, como sucediera en la primera mitad, lo intentó darle la réplica Cobos. Pero su balón pasó más de un metro por encima del marco. Un minuto después, Pavone casi ponía el candado el derbi para los intereses cacereños cabeceando a la red un centro medido de Raúl García (m. 65). Dicen que las victorias no se merecen, se consiguen. Y el Extremadura se aplicó el cuento tras un estéril y poco jugoso primer tiempo.

p>Por si faltaba algo, Julio Cobos, absolutamente frustrado por el castigo que estaba recibien su equipo e impotente ante la situación que se les estaba viniendo encima, lo pagó con Raúl García. El árbitro lo expulsó, dejando en inferioridad numérica al Cacereño (m. 68), y el derbi se apagó un poco más si cabe para los de Ismael Díaz.

El equipo visitante intentó la épica de al menos lograr el tanto del honor. Y estuvo a punto de conseguirlo. Más que nada por errores de cálculo de un rival que consideraba sentenciado el compromiso que por méritos propios. Cuando el corazón le puede la cabeza... Con las líneas rotas y roto en dos mitades, buscando desaforadamente la portería de Flavio Frangella, lo único a lo que podía aspirar el Cacereño era a encajar un gol más como añadido.

Y por esos caprichos que tiene el fútbol, que a veces, sólo a veces, hasta se recrea en la justicia, vino el 3-0 en un centro de Alcázar desde la derecha que peinó imparable en canterano Nandi (m. 81).

SALTO CUALITATIVO La victoria azulgrana de ayer en el derbi supone un importante salto en las clasificación para los de Cisqui, quien aprovechó los minutos finales para oxigenar su bloque pensando en el próximo fin de semana y, al tiempo, compensar con minutos el trabajo de otros futbolistas del grupo.