Los niños que practican habitualmente fútbol tienen mejor salud que los que simplemente reciben una educación física convencional, según una investigación que constata en los primeros más fuerza, velocidad, masa muscular y huesos hasta un 33 por cien más sólidos.

"Si a los niños les gusta jugar al fútbol, los padres pueden estar tranquilos", afirma Jose Antonio López Calbet, investigador del Departamento de Educación Física de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), donde se ha realizado el estudio.

Según ha declarado a Efe Calbet, sus datos "demuestran que los niños que juegan al fútbol tienen menos problemas de obesidad y sus huesos, especialmente el fémur, se fortalecen más".

La investigación, publicada en las revistas Medicine and Science in Sports and Exercise y Bone, cuyos resultados resalta el American College of Sport Medicine, ha comparado un grupo de 53 niños en la prepubertad que jugaron al fútbol durante un año, y al menos tres días a la semana, con otro de 51 niños de la misma edad que realizaban las prácticas de educación física que se consideran estándar. Capacidad anaeróbica, pruebas de velocidad, potencia máxima aeróbica, masa muscular y ósea se comprobaron en ambos grupos.