La mayoría absoluta de la Asamblea General de la Federación Española de Fútbol (RFEF) respaldó ayer a Angel María Villar, quien, con 98 votos a favor de los 177 emitidos, inició su quinto mandato como presidente de este organismo que afronta desde ayer una nueva etapa.

Las 98 papeletas con su nombre, frente a las 78 con el de Gerardo González y un único sufragio nulo por aparecer en el sobre un voto para González y otro para Sebastián Losada --el tercer aspirante--, permitieron a Villar solventar en menos de dos horas la situación más crítica desde que llegó a la presidencia de la RFEF en 1988.

EN APUROS Cuestionado por su gestión en el último mandato y con varios de sus directivos imputados por presunta mala utilización de fondos federativos en un proceso aún abierto, Villar acudía a los comicios en una situación inédita para él. Sólo en las elecciones en las que logró la presidencia por primera vez tuvo oposición.

Pese a los numerosos recursos que se presentaron durante el proceso electoral, la Asamblea de ayer, desarrollada en el salón de actos de la Ciudad del Fútbol, transcurrió con total normalidad y bajo la supervisión del Consejo Superior de Deportes.

Aunque en algún momento del recuento se contempló la posibilidad de tener que acudir a una segunda votación, el anuncio del resultado, a las 12.45 horas, ratificó la victoria de Villar.

Con ovación de fondo, el exfutbolista del Athletic, que ha perdido diez kilos en estos meses, acudió a la sala de prensa con el gesto de ganador el rostro y con el reconocimiento público de que había pasado nervios durante el recuento.

"Siempre habíamos pensado que la diferencia iba a estar entre quince y veinte votos como así ha sido. Ahora sólo pienso trabajar como he hecho estos 16 años. A partir de este momento me ofrezco a todos, pero tengo que agradecer a los que han trabajado en esta candidatura y a los que me han votado", declaró.

El presidente dijo que tiene un "gran respeto" a todos los que votaron a González, y recalcó el apoyo y las muestras de afecto recibidas en campaña.

Mientras algunos asambleístas hablaban de un mensaje de cambio para el presidente, en pasillos Gerardo González, lanzó un mensaje de felicitación al ganador, aceptó con deportividad la derrota y dejó abierta la puerta de una nueva oportunidad entre saludos de asambleístas y empleados de la RFEF, en la que fue secretario general diez años.