En plena revolución femenina a fuego lento , pasados los estertores de la lucha de sables, en unos tiempos en los que la mujer va ocupando su lugar en disciplinas antes reservadas casi en exclusividad al hombre, es sumamente significativo el desembarco a gran escala de la hembra en el machista mundo del deporte. No hay que remontarse muchos años atrás para observar con cierta extrañeza la presencia de mujeres contemplando espectáculos deportivos tradicionalmente masculinos como el fútbol. En los últimos tiempos, incluso, parecen haberse reducido las discusiones caseras a la hora de las retransmisiones deportivas. Hoy, en muchos casos, son ellas las que instigan a su pareja a parar el mando en esa cadena que televisa al Bar§a o al Madrid, los equipos, sin duda, con más glamour para el espectador de ambos géneros.

Es un hecho. Las mujeres no sólo han desembarcado en el mundo del deporte, sino que se han convertido en las espectadoras deportivas más apasionadas. Cada vez hay más féminas comprometidas con los colores de su equipo o de su selección, y buena parte de las gradas de los estadios, sobre todo de fútbol, están repletas de mujeres.

Esta irrupción de lo femenino es totalmente novedosa y se viene produciendo de manera más pronunciada durante los últimos cinco años. Así, la mujer se ha incorporado al escenario deportivo con una identidad propia y diferente a la del varón.

En la Uex, María Méndez está realizando una tesis doctoral sobre el tema. Su investigación abarca dos aspectos: el estudio de la participación femenina en el deporte y su relación con la celebración, la tensión y la violencia; y además, el análisis de los rasgos que podrían constituir una estética propia de la mujer.

Para esta licenciada en Bellas Artes, la mujer utiliza su cuerpo como apoyo a la causa deportiva, "es incluso más patriota" a la hora de animar. Se puede ver a mujeres ataviadas con enormes banderas o pintadas minuciosamente: "tardan mucho tiempo en arreglarse antes de asistir a un partido, lo toman mucho más en serio que ellos", y concluye que éste dato se enmarca en el proceso global de liberación femenina. Ahora le toca al deporte.