El racismo ha vuelto a irrumpir en el mundo del fútbol con un episodio lamentable en Serbia. El futbolista brasileño Everton Luiz sufrió insultos racistas durante los 90 minutos del partido entre el Rad de Belgrado y el Partizan.

Luiz recriminó la actitud a ese sector radical de la grada y se montó una tangana. Al final, el futbolista abandonó el terreno de juego entre lágrimas y consolado por sus compañeros, empezando por el portero Filip Kljajic.

INTERVENCIÓN POLICIAL

El centrocampista tuvo que escuchar gritos de "mono, mono" cada vez que tocó el balón por parte de la afición local del Rad. Antes del final del partido, además, un grupo de hinchas desplegaron una pancarta dirigida al brasileño, motivo por el cual el juego fue interrumpido durante unos minutos.

Cuando el árbitro pitó el final, Everton Luiz se dirigió a ese sector de la grada para dedicarles un gesto de desprecio con el dedo levantado, según imágenes capadas por las televisiones locales. Este gesto provocó el enfado de los jugadores del Rad, que se encararon con el brasileño. La policía tuvo que intervenir para que el incidente no llegara a más.

"No pude retener las lágrimas porque recibí insultos racistas desde la grada en los 90 minutos", afirmó el brasileño. "Me quedé impactado por la actitud de los jugadores rivales, que en lugar de calmar la situación apoyaban ese comportamiento. Quiero olvidarlo lo antes posible", agregó.

El Partizan se impuso por la mínima (0-1) y continúa segundo en el campeonato serbio con 51 puntos, seis menos que el líder, el Estrella Roja.