«En el documental, el fútbol es la excusa para contar una historia cargada de humanidad y superación. Las personas que han podido verlo me dicen que es una bofetada de vida. Te das cuenta de que hay gente que no ha parado de luchar desde que nacieron». Lo dice Javier Mendoza sobre su trabajo ‘Fútbol a otro nivel’. El responsable de prensa de la territorial reconoce que él mismo se ha emocionado haciendo el documental, que verá la luz el sábado a partir de las 19.45 horas en el Auditorio de Montehermoso, coincidiendo con el inicio de la liga nacional de fútbol 7 para paralíticos cerebrales.

Antonio Jesús Domínguez, el gran protagonista, no lo ha visto, pero se le nota inquieto: «tengo muchas ganas». Un buen día de diciembre, el Centro de Tecnificación de la Ciudad Deportiva de Cáceres sirvió de escenario para la grabación del trabajo de Mendoza con la selección extremeña de fútbol inclusivo. El combinado que entrena Abel Becerra jugó un partido ante los infantiles de la Fundación del Cacereño y ahí se rodó un parte, todo combinado con entrevistas y testimonios. Total, al menos tres meses de curre que, a la vista está, ha merecido la pena.

«Para mí ha sido un orgullo haber podido hacer el documental y ver cómo Antonio ha transformado la dificultad para convertirse en un ejemplo, como dicen sus padres», agrega Mendoza. El propio Antonio también piensa en el próximo sábado y en el duelo ante su amigo Sergio Clemente, del Hércules, en una jornada especialmente intensa para él. «Si perdemos, no pasará nada; quedará mucha liga todavía y habrá tiempo para recuperarese», dice el portero emulando las comparecencias de profesionales, pero con el corazón más metido en ese particular papel.

«El hecho de que yo tenga una discapacidad no quiere decir que yo no pueda hacer un ejercicio físico como todo el mundo, no quiere decir que yo no sea capaz de hacer cosas, de querer ganar, de querer competir en los partidos», explica el deportista, un tipo de carácter sobrio, pero afectuoso y responsable. En Fregenal de la Sierra sale con un grupo de amigos sin ningún tipo de discapacidad, algo que da buena prueba de su nada extraño día a día, más cercano a la normalidad que muchos.

«Yo soy un deportista y una persona normal y corriente, que en el caso del fútbol lo hago por afición, porque realmente me gusta», recalca sobre su amor al deporte rey, que al principio se plasmó en jugador de campo y que desde el 2010 se ha transformado en un nada común portero porque sus actuaciones suelen ser sobresalientes. Cuando este reportaje vea la luz, Antonio ya habrá corrido en Almendralejo y estará esperando a viajar el fin de semana a Montehermoso para ver el documental y para intentar ayudar a Extremadura a ganar. ¿Alguien da más?