La última imagen que se vio de él fue tumbado en el césped y llorando compulsivamente. No de pena, sino de alegría. Había fallado un penalti en la final de la Champions, pero la parada de Edwin van der Sar, el portero del Manchester United, al disparo de Nicolas Anelka le había redimido del grave pecado. Desde entonces no se le ha visto ni se le ha escuchado, a pesar de lo mucho que se dice y se escribe de él. Y lo que se dirá y se escribirá. De él y de su futuro. Del enfado del Manchester por las maniobras que hace el Madrid para arrebatarle su joya y de la persistencia del club blanco por marcarse un tanto.

Cristiano Ronaldo polariza el estreno de la Eurocopa 17 días después de fallar ese penalti, hasta el punto de que la inauguración parece ser el Portugal-Turquía de Ginebra (20.45 horas, Canal+). No es así. El torneo se estrenará en Basilea, donde Suiza, uno de los anfitriones, se enfrenta a la República Checa (18.00 horas, Cuatro). La austeridad helvética (apenas 13 minutos de ceremonia inaugural precederán al partido) no puede combatir la parafernalia que rodea a Portugal mientras no discurra la competición.

SCOLARI SE CRISPA El ruido que genera Cristiano Ronaldo incomoda a todo el mundo. Menos a él. Nada ha hecho por acallar los rumores, y nada hará. "Cristiano no hablará de su futuro mientras se dispute la Eurocopa, y cuando le pregunten en la zona mixta contestará que solo habla de Portugal", explicó ayer Luis Felipe Scolari, el seleccionador de Portugal, en un vano deseo de zanjar un debate totalmente inacabable.

El está en el mismo caso. Su futuro también es fuente de especulaciones. Acaba contrato con la federación lusa al final del torneo. Y aunque es un técnico cotizado --fue campeón Mundial con Brasil en el 2002 y subcampeón de la Eurocopa con Portugal en el 2004--, no es Cristiano Ronaldo, el mejor jugador de Europa de la temporada y doble campeón de la Premier y de la Champions. "Estoy aquí como entrenador de Portugal y solo respondo de la selección", añadió, extremadamente serio, en la sala de prensa del estadio de Ginebra. Scolari se crispó aún más cuando le preguntaron sobre el presunto consejo que le dio a su pupilo de marcharse del Manchester para recalar en España.

Tal vez sea el vértigo del debut. Hace cuatro años, Portugal perdió el partido inaugural frente a Grecia (1-2, y Cristiano Ronaldo, de nuevo él, marcó el gol granate), y luego la final frente al mismo rival. La única derrota, en una Eurocopa, del anfitrión en su estreno. Igual le acompaña Suiza en esta negativa estadística si sucumbe ante la República Checa, el otro gran favorito del grupo A. El calor del público --los balcones y las ventanas de las casas exhiben banderitas suizas-- no bastará para combatir al combinado centroeuropeo, uno de los mejores en la fase clasificatoria, aunque privado de Nedved (renunció a la selección) y Rosicky (lesionado).

LA MUJER DE KUHN Más serio que Scolari anda Jakob Kuhn, el seleccionador de Suiza. Y no por el debut o las limitaciones de su equipo, muy joven y poco competitivo. Kuhn, el técnico que lleva más tiempo en el cargo de los 16 partricipantes, está serio y preocupado. Por motivos mucho más importantes que el fútbol. Su esposa Alicia está ingresada desde el pasado lunes en un hospital de Zúrich. Sufrió un ataque de epilepsia. Desde entonces, permanece en la unidad de cuidados intensivos. Kuhn la visita cada día, ya sea desde Feusisberg, el lugar de concentración, o desde Basilea, la sede del partido de hoy.

"Estoy tranquilo porque está bajo control, seré capaz de hacer mi trabajo", explicó el veterano técnico (64 años) a mediados desemana. Sin embargo, un portavozde la federación explicó ayerque están preparados "para cualquiereventualidad".O sea, unfatal desenlace que obligara aKobi Kuhn a adelantar la retiradaque le había prometido a suesposa el próximo verano.

SONRISAS EN EL CÉSPED / Perohoy comienza, en teoría, unafiesta. O lo que debería ser unafiesta con 31 partidos hasta el 29de junio. Michel Platini, el presidentede la UEFA, espera ver sobreel césped "respeto" y "sonrisas"en las caras de los jugadores.La utopía de un fútbol amabley distendido, cuando habrátantos intereses en juego. Empezandopor el trono de CristianoRonaldo y el título que defiendeGrecia, y acabando por el trofeoHenry Delauney y los 23 millonesde euros que conquistará elcampeón si gana todos los partidosde la fase de grupos.

"Habrá muchas risas, muchosllantos, dolory alegría. Y al final,habrá un solo ganador", resumióMichel Platini. La gloria queperseguirá España a partir delmartes y que nunca ha podidodisfrutar. Desde 1964. Una eternidad.

Platini remarcó que el respetoa la figura arbitral es la base deléxito y que, porese motivo, sesancionarán con dureza las protestas."Queremos que los jugadoresmuestren respeto a los árbitros.El Comité de Árbitros havisitado a los equipos para decirleexactamente eso, que no se toleraránada. Ni piscinazos, ni simulaciones,ni quitarse la camisetadespués de gol. Queremosestarsegur os de que los jugadoresrespetan esto", destacó.