Una portuguesa, una serbia, una catalana, dos norteamericanas, una mozambiqueña, una senegalesa y un puñado de extremeñas dieron anoche una tremenda alegría al deporte regional: el Al-Qazeres dejó atrás la pesadilla del descenso de hace un año y recupera para el baloncesto autonómico la Liga Femenina. Esta vez no hubo miedo escénico y, al contrario de lo sucedido en el 2013, cuando el ascenso se escapó en casa, el equipo respondió a las expectativas y se alió con su hinchada para culminar el éxito. El Fundal Alcobendas acabó cediendo (73-65) ante una plantilla plena de fe, dirigida por un cacereño en el banquillo, Jacinto Carbajal, y otro en la presidencia, Alfonso Sánchez.

Se trata del triunfo de un proyecto tranquilo, de los que no lo varían todo de un año para otro a raíz de que los resultados no salgan todo lo bien que se espera. De hecho, Carbajal fue uno de los fundadores del club, junto con Alberto Montes, en el 2007. Entonces la filosofía era simplemente trabajar duro con la cantera y dejar la élite para más adelante. La colaboración de los padres de las niñas siempre resultó fundamental para crecer y, más tarde, aprovechar el agotamiento institucional del Femenino Cáceres, que hasta entonces había sido el referente del basket de chicas en la ciudad.

POCO A POCO En todo este tiempo ha habido, como es lógico, sus altibajos: el brillante ascenso de Logroño en el 2014 contrastó con la cruel novatada de la campaña siguiente en la máxima categoría, acabando últimas y transmitiendo malas sensaciones durante varios meses. Pero el Al-Qazeres siguió en la misma línea, sin meterse en la aventura incierta de conservar la Liga Femenina gracias a renuncias de otros equipos. Tampoco quiso marcharse a un escenario que le hubiese quedado sin duda grande a nivel de público, el pabellón Multiusos, y se quedó en un Serrano Macayo en el que, pese lo vetusto que resulta, se siente como pez en el agua. La Liga Femenina le espera de nuevo.

No han faltado dificultades en el camino de este año, desde luego. Las lesiones de larga duración de la base titular, Mariona Martín, y del gran proyecto del basket extremeño, María Romero, alteraron la planificación. Sin embargo, se dio en el clavo con las incorporaciones de Carla Nascimento --en su caso, un regreso--, Jovana Vidakovic y, sobre todo, Leia Dongue, clave en el tramo final como complemento ideal de la omnipresente pelirroja Julie Forster, jugadora más valiosa de la Liga Femenina 2.

Incluso estos días agitados de la fase de ascenso empezaron de un modo desagradable, encajando una sumaria derrota ante el Snatt's Sant Adriá que dejó sin margen de error para el resto del calendario en el grupo. La reacción frente a Rivas y Ciudad de los Adelantados fue tan contundente como necesaria hasta llegarse al escenario de ayer, cuando tampoco se podía fallar.

Ahora empieza una nueva aventura en la que, se supone, se habrá tomado nota de lo que se hizo mal en la anterior experiencia. Lo más difícil en la vida no es perder, sino levantarse cuando estás en el suelo. Y el Al-Qazeres lo ha hecho de una forma hermosa. Felicidades.