CAI ZARAGOZA 70: Ciorciari (2), Lescano (12), Ferrer (6), Hill (20), Walls (7) --cinco inicial-- Doblado (6), Mesa (2), Sabaté (6), Esmoris (8), Oscar González (1).

PLASENCIA GALCO 74: Sala (13), Gianella (16), Stewart (11), Kruiswijk (8), Rubio (10) --cinco inicial-- Palacios (6), Ferrero (0), Lledó (0), Owens (10).

ARBITROS: De Lucas y Afonso. Eliminados: Walls (min. 39) y Stewart (min. 39).

MARCADOR POR CUARTOS: 14-17, 32-33 (descanso), 49-58 y 70-74 (final).

INCIDENCIAS: Cuarto partido de los cuartos de final de la Liga LEB.

Fantástico. Inconmensurable. La siguiente ronda, ya decisiva para subir a la ACB, está a tiro. Se lo jugará en su casa el próximo viernes a las 21.00 horas y se revivirá el infierno verde , como lo llaman en Zaragoza. El Plasencia Galco forzó el quinto partido de su eliminatoria de cuartos de final de la Liga LEB tras vencer al CAI en su nido , ante 10.000 espectadores enfervorizados. Lo hizo tras una gran demostración defensiva, recuperando el nivel de los mejores momentos de la temporada y enmudeciendo a un pabellón que ya se veía en la siguiente ronda tras la paliza del pasado viernes.

No fue así en un encuentro totalmente distinto al tercero. Los jugadores de Dani García demostraron haber superado por completo ese trago y el entrenador planteó a la perfección el encuentro para desactivar a las mejores armas de los maños.

Los placentinos estuvieron casi siempre por delante en el marcador, mostrando una enorme tranquilidad ante un ambiente enfervorecido. Los locales se quejan del arbitraje, pero la victoria no admite discusión por los méritos de unos y otros.

LAS CLAVES El primero de los puntos calientes que explican la heroicidad del Plasencia hay que buscarlo en el cinco inicial que dispuso Dani García. Se atrevió a dejar sentada a su estrella interior, Trelonnie Owens --que últimamente no estaba afinado-- y dio entrada a Roy Kruiswijk para dar más fortaleza y pegarse con Rocky Walls, que en el tercer partido dominó los tableros. El comunitario, lesionado durante los últimos meses, equilibró la batalla reboteadora. También fueron titulares los dos bases al mismo tiempo, situándose Perico Sala como director de juego y Nicolás Gianella como escolta.

El partido ya empezó con un triple de Sala, lo que resultó indudablemente un buen augurio. Los primeros compases resultaban muy igualados, como clara muestra de lo que iba a ser el encuentro (10-10, min. 6). Se veía que los maños no iban a estar tan inspirados en ataque como en el encuentro anterior y el primer cuarto acabó 14-17. Apréciese que los maños habían anotado diez puntos más en el acto inicial del tercer choque (24-15).

En el segundo cuarto, más de lo mismo. El CAI intentaba encontrar su despertar. Alfred Julbe recurrió a su banquillo buscando la mayor frescura posible, pero el Plasencia, muy bien asentado, iba creyendo cada vez más en sus posibilidades. Gianella recuperó su nivel perdido el viernes y tomó el timón para superar a Ciorciari y Oscar González.

IGUALDAD Ninguno de los dos equipos se lograba escapar de más de dos puntos en el marcador y el público empezaba a captar que el acceso a la siguiente ronda no iba a ser un camino de rosas. Al descanso, 32-33 y todas las posibilidades abiertas para la segunda mitad del encuentro.

El tercer cuarto marcaría el resultado final del partido. Su parcial de 17-25 suponía todo un golpe de mano. Se fundamentó en un estupendo acierto anotador placentino, con Guillem Rubio y Kruiswijk haciéndose dueños de los tableros y Gianella logrando dos triples casi consecutivos. Para mayor problema local, Ciorciari cometía su cuarta falta personal. Con 49-58 se afrontaron los diez últimos minutos y sólo faltaba rematar un trabajo muy exhaustivo. Al Plasencia todavía le faltaba sufrir un poco. Esos nueve puntos se ampliaron hasta los once, pero el CAI tenía aún que decir su última palabra.

EL PEOR MOMENTO La reacción maña estuvo liderada por Otis Hill y Lescano, que hasta entonces no habían alcanzado su nivel. Contaron con la ayuda del público, totalmente entregado a esas alturas y claramente temeroso de que la serie regresase a Plasencia.

A falta de tres minutos, la diferencia en el marcador se redujo a mínima expresión (63-64). Era el momento más difícil, pero en ese momento la defensa placentina dio lo mejor, impidiendo anotar a los locales en las siguientes tres posesiones.

Eso acabó de desarmar a los de Julbe, frustrados por una falta en ataque de Hill. Rubio, acertado en los tiros libres, acabó de sentenciar el partido. Muchos daban por muerto al Plasencia, pero no es así, es evidente. Ahora, la capital del Jerte será quien decida una eliminatoria llena de pasión.