Gerard Piqué (Barcelona, 1987) es el abanderado de la nueva hornada con la que Vicente del Bosque quiere dejar su sello en un equipo que aspira a cerrar el círculo triunfal.

--Se liberó en el Barça al volver de Inglaterra y la selección no tardó en ganar otro puntal. ¿Cuál es su secreto?

--No lo hay. Se trata simplemente de ser uno mismo, intentar jugar como sabes para adaptarte y, a partir de ahí, si las cosas salen bien y llegas a equipos que están con confianza, con ganas y que saben lo que hacen, todo resulta fácil.

--¿Pensaba que se integraría tan rápido y tan bien en esta selección tras ver la Eurocopa por la tele?

--No podía pensar que todo fuera a ser tan rápido. En aquel momento ya sabía que fichaba por el Barcelona, pero nunca sabes si vas a poder jugar mucho, si vas a llegar a ser importante para el Barça. En ese momento está claro que no pensaba en llegar tan pronto y mucho menos en estar donde estoy ahora.

--Su irrupción en aquel amistoso contra Inglaterra fue espectacular. Desde entonces es el jefe de la defensa para Del Bosque.

--Me integré perfectamente, esa es la verdad. Me sentí muy cómodo desde el primer día, entre otras cosas porque siempre es mucho más fácil si hay jugadores de tu equipo en los que te puedes apoyar. Ahora, por ejemplo, Víctor Valdés y Pedro tienen ayuda de muchos jugadores que estamos en el Barça; tenemos una serie de mecanismos ya engrasados y esto lo hace todo más sencillo.

--¿Tienen muy presente la derrota ante Estados Unidos en la Copa Confederaciones?

--Fue un toque de atenció. Tenemos que aprender la lección porque ahora empieza un Mundial en el que parece que también somos candidatos, lo que no significa que nos vayan a ir abriendo de par en par las puertas hacia el título. Tendremos que luchar desde el primer partido. Todos sabemos que estamos ante otra oportunidad histórica.