AL-QAZERES: Carla Nascimento (9), Jara Salgado (11), Vero Sánchez (8), Ndidi Madu (16), Alejandra de la Fuente (12) --cinco inicial-- Gabi Rodríguez (0), Tabara Samba (6).

UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO: Stephanie Madden (26), Arantxa Gómez Novo (18), Iulene Olaberria (4), Onintza Aduriz (4), Miriam Foraste (16) --cinco inicial-- Edurne Segues (0), Leyre Díaz (2).

MARCADOR POR CUARTOS: 13-10, 25-32 (descanso), 42-50 y 62-70.

ARBITROS: Lucas de Lucas y González Zumajo.

Es muy difícil ganar a un equipo que es mejor, sobre todo cuando sobre la mesa hay un premio tan grande como un ascenso. El Al-Qazeres llegó hasta donde pudo ante el Universidad del País Vasco, pero su sueño de subir a la máxima categoría del baloncesto femenino acabó hecho trizas (62-70). Queda la tristeza de la derrota en un pabellón enfebrecido, sí, pero también el orgullo de haber hecho muy bien las cosas durante toda la temporada y también en esta fase.

El anfitrión enseñó sus cartas de inicio. Tampoco tenía ases en la manga, en realidad: quería dormir el partido, llevarlo a una batalla trabada que no permitiese correr a su oponente, que tenía en la potencia física su gran filón. Durante buena parte del choque en zona, la idea de Jacinto Carbajal era preservar a las suyas de faltas con una defensa que además es de menos desgaste, al menos en teoría.

La idea salió muy bien de primeras. Tras el salto inicial, varios aciertos seguidos de las locales subieron un par de grados la temperatura del Macayo. 7-0 después de tres minutos y el UPV sin anotar, con Arantxa Novo, su gran estrella, visiblemente frustrada. Las donostiarras sabían les iba a costar. Y bastante. Esa cierta tensión duró un poco más, cuando empezaron a correr y se aproximaron hasta el 13-10 del final del primer cuarto.

JERARQUIA VASCA El UPV empezó a jugar a lo suyo después, haciéndole llegar buenos balones a la hercúlea Stephanie Madden, que acabó con unos impresionantes 26 puntos y 12 rebotes. Ella fue la que encadenó una buena racha que hizo cambiar de signo el marcador por primera vez (15-18, min. 12). Al Al-Qazeres le tocaba apretar los dientes, no contagiarse del ritmo alto, y lo logró parcialmente. El indomable carácter de Ndidi Madu y Vero Sánchez apareció para taponar la vía de agua (21-20 tras un triple de la catalana), pero la respuesta fue contundente, esta vez sí con Novo al mando de las operaciones. Dos controvertidos tiros libres suyos con el reloj a cero cerraron la primera mitad con un intranquilizador (25-32).

Los peores momentos se vivieron probablemente al salir del vestuario. El UPV dio un tirón que podría haber sido definitivo (35-46, min. 26), pero el Al-Qazeres seguía sin la menor intención de rendirse. Guerreó y guerreó, pero cada vez que se acercaba mínimamente, su oponente encontraba la manera de enlazar dos canastas seguidas, sobre todo al contragolpe, y podía mantener cierta tranquilidad.

Los diez minutos finales se encararon con 42-50, y otra vez la misma línea argumental: el UPV que parece sentenciar y las chicas del Al-Qazeres que se agarran al partido como auténticas posesas. A base de triples, la situación llegó a estar 60-62 a 1.51, pero a esas alturas al Al-Qazeres ya le faltaba su deslumbrante faro, Carla Nascimento, a la que únicamente las faltas personales pudieron sacarla de la cancha.

El UPV no se puso nada nervioso y remató su faena recurriendo a sus secundarias. Primero Iulene Olabarria y después Miriam Foroste hicieron sendas canastas que dejaron en nada la heroicidad.

¿En nada? No. El Al-Qazeres, tras coger el relevo del Femenino Cáceres el pasado verano, ha sembrado una hermosa semilla de cara al futuro, a nivel de impacto social, de movimientos racionales como club de cantera. El baloncesto de chicas se ha hecho con un hueco en la ciudad y quizás ahora esté empezando otro partido: la Federación Española podría ampliar a cuatro el número de ascensos con el objetivo de fortalecer una Liga Femenina que esta temporada está renqueante en cuanto a equipos. Es fácil prever que el Al-Qazeres sería invitado. La respuesta está aún en el viento.