Los autobuses parten de la Sala Bingo Estadio pasadas las siete de la mañana. "¡Alé Cacereño, alé, alé!". Se escucha el primer cántico. Por allí anda una mezcla poco explosiva de clásicos del Cácereño. Está el histórico José Félix Nevado entre ellos. También hay niños, por supuesto con padres. Se saludan aficionados y jugadores. Algunas se abrazan. Las maletas están cargadas de ilusión.

Cuando se llega al aeropuerto pacense sucede algo parecido y ya en el avión estalla la fiesta, con bromas macabras incluidas. Los chicos del Escuadrón --Roberto, Loly, Rolo...-- y algunos con sus correspondientes apodos llaman a Qwerty y hasta hacen gesticular al padre del máximo accionista y presidente oficial del club. Antonio Martínez Buzo. Es uno más de ello. No paran los cánticos de los hinchas. "A Segunda B, a Segunda B". Todos destilan optimismo pero sobre todo quieren pasárselo bien. En la primera fila los jugadores. Alguno se acerca a la parte trasera. Es la fiesta del pretendido ascenso verdiblanco, que se quiere anticipar.

Piña de jugadores y afición

Ya en la isla, un taxista habla de la rivalidad entre el Mensajero y el Tenisca, todo un clásico de las islas bonitas . Por supuesto, el veterano conductor apuesta por el Cacereño y recuerda los fantástica "que es la ciudad monumental cacereña". Lo dice con conocimiento de causa, su hija ha estado estudiando en la ciudad.

Antes, en el aeropuerto grancanario, abrazos con los jugadores, son ídolo y hoy pueden serlo bastante más.

El ambiente es inmejorable. Los hinchas van al hotel a transmitirles ánimos a los jugadores. Estos, agradecidos, esgrimen un sonrisa cómplice. Y el pulgar de Romero, un tipo que sabe de ascenso, no falta.

Por aquí hay representantes políticos, aunque no los que se esperaban. Jorge Carrasco, concejal del PP, y Mónica García, diputada provincial. Son unos aficionados más. Ellos también piensan en verde, es el verde del Cacereño.