Sete Gibernau volvió a demostrar que cuando la lluvia hace acto de presencia y las condiciones de carrera se extreman, él es el principal aspirante a la victoria, que logró por tercera vez en la temporada al ganar el Gran Premio de Holanda.

Valentino Rossi flamante campeón mundial y dominador claro del Campeonato del Mundo de MotoGP en 2003 tuvo que ceder ante la eficacia de Gibernau bajo la lluvia e incluso frente a su acérrimo rival italiano Max Biaggi, que fue el único que durante algunas vueltas puso en ciertos apuros al piloto español.

Una circunstancia tan inusual cuando la carrera se disputa con el asfalto seco como es adelantar a un piloto que pierde vuelta, resultó la chispa definitiva para que prendiese la mecha de la tercera victoria del piloto español, que en ese momento dejó completamente descolgado a Biaggi.

En 250 c.c. fue el australiano Anthony West y en el octavo de litro el alemán Steve Jenkner, ambos pilotos de Aprilia, que supieron aprovechar la oportunidad que les brindó la lluvia.

COINCIDENCIAS EN 125 Y 250

Las dos carreras resultaron muy parecidas, pues desde el mismo momento de la salida tiraron con fuerza y acabaron por poner tierra de por medio con respecto a sus perseguidores para lograr la primera victoria, en ambos casos, de sus historiales deportivos.

West accedió al liderato de la carrera en la segunda vuelta de 250 c.c, tras adelantar al sanmarinense Manuel Poggiali (Aprilia) que en esta ocasión se vio beneficiado de los fallos de sus rivales para ampliar su ventaja al frente de la clasificación del mundial. Toni Elías sólo pudo ser decimotercero y Fonsi González Nieto tuvo que abandonar. En cuanto a Steve Jenkner, desde el primer momento marcó distancia de por medio y fue acompañado en el podio por los españoles Pablo Nieto y Héctor Barberá.